Redacción.- Con los Globos de Oro a la vuelta de la esquina y muchas apuestas volcadas en El irlandés, el New York Times ha publicado una oportuna pieza sobre Martin Scorsese, el director neoyorkino que, a sus 77 años, vuelve a optar a estos premios por su elogiada (y multimillonaria) película de Netflix –un trabajo en el que, según admite el propio Scorsese, ha gozado de una libertad casi total y del que solo lamente su recorrido limitado en salas. Pero las cosas no siempre fueron tan fáciles para el cineasta.
En el mencionado artículo, Dave Itzkoff recuerda cómo la década que siguió al estreno de Casino (1995) dejó a Scorsese “exhausto” por haber trabajado para el sistema de los estudios. Y es que el cineasta “inevitablemente chocaba con los ejecutivos, que querían acortar las duraciones de sus películas”.
Y al parecer, la tensión entre Scorsese y sistema de estudios habría alcanzado su cima durante el rodaje de El aviador (2004), el biopic del magnate Howard Hughes que protagonizó Leonardo DiCaprio y que co-produjo y distribuyó Warner Bros.
“Las dos últimas semanas de montaje y sonido de El aviador, dije que si esa era la forma en que se habían de hacer las películas, no iba a hacer más”, dijo Scorsese, revelando que llegado cierto punto se planteó seriamente abandonar el oficio de director de cine.
“Es como estar en un búnker y estar disparando en todas direcciones. Empresa a darte cuenta de que no hablas el mismo idioma que ellos, así que ya no puedes rodar películas”.
Scorsese empezó a buscar fuentes de financiación independientes para tratar de conservar el control sobre sus futuras películas –algo que, como hemos dicho, sin duda ha logrado con Netflix en El irlandés. Y es que el cineasta tiene una clara aversión a colaborar con los grandes estudios, pese a que volverá hacerlo próximamente para la adaptación de Los asesinos de la luna (Killers of the Flower Moon), que rodará con el respaldo de Paramount.
En otro orden de cosas, en el texto del New York Times también se pregunta a Scorsese por sus rivales en la carrera para los próximos Oscars. Como cabía esperar, el director alaba la cinta del coreano Bong Joon Ho, Parásitos –hasta el punto de considerarla su favorita–, pero sorprende cuando le preguntan por la que sin duda es la cinta del 2019: Joker.
Arthur Fleck puede esperar sentado: Scorsese no tiene intención de ver Joker. (Imagen: © Warner Bros.)
Y es que esta exitosa revisión del villano de los orígenes del villano de Batman llegó a ser, como muchos saben, un proyecto que estuvo en manos del propio Scorsese –al menos en calidad de productor. No obstante, por diversas razones –entre ellas su compromiso con El irlandés–, el neoyorkino dejó pasar una historia que bebía clarísimamente de anteriores trabajos suyos como Taxi Driver o El rey de la comedia.
Por esto mismo, cualquiera habría pensado que Scorsese tendría al menos algo de curiosidad por ver cómo Todd Phillips homenajea aquellas cintas en Joker. Pero la respuesta del cineasta nos ha pillado totalmente desprevenidos –y se ha convertido en la última de su ya larga lista de declaraciones polémicas en los últimos meses.
“He visto algunas imágenes. La conozco. Así que, ¿por qué tengo que verla? La pillo. Está bien”.
Aunque ni Todd Phillips ni Joaquin Phoenix se han pronunciado aún a propósito de estas escuetas pero significativas declaraciones, cabe esperar que no se produzca una reacción particularmente negativa ante las palabras de Scorsese –pues sigue estando considerado como maestro de varias generaciones de cineastas y una “vaca sagrada” en la historia del cine.
Por lo pronto, El irlandés y Joker se verán las caras tanto en los próximos Globos de Oro (5 de enero), como, previsiblemente, en las nominaciones de los Oscars que se anunciarán el día 13 de este mes.
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