Incorporando tecnología a nuestra agricultura, pudiéramos apostar a ser una potencia agrícola y agroindustrial en la región.
Incluso, asociados a otros países en condiciones de transformar su economía.
Los acuerdos auspiciados por el Gobierno del presidente, Luis Abinader, con Guyana y Surinam, se inscriben en un propósito de esa naturaleza.
El mandatario dominicano revelaba en la cena en honor al jefe de Estado surinamés, Chandrikapersad Santokhi, que este aspiraba a que fueran una región autosuficiente.
En un plan de mediano y largo plazo hay que pensar en un Haití dispuesto a integrarse a un plan de progreso.
Y por qué no, igual una Cuba reencontrando su camino a superar su situación económica.