Santo Domingo.- La Dirección General de Contrataciones Públicas (DGCP) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) presentaron un plan de trabajo conjunto de cara a los próximos dos años que busca promover la articulación de las compras públicas en favor de la agricultura familiar, reduciéndose de este modo los largos circuitos de intermediación.
De acuerdo con Carlos Pimentel, director de la institución, el plan de trabajo busca simplificar procesos y proporcionar soluciones conjuntas para promover la incorporación de la agricultura familiar al sistema de contrataciones mediante una mesa de trabajo permanente que aporte soluciones concretas al proceso
“Junto a la FAO, crearemos estrategias que permitan un régimen de contrataciones que favorezcan a la inclusión de los agricultores familiares”, dijo Pimentel, quien subrayó que las compras públicas de alimentos a los pequeños agricultores del país, es un esfuerzo multidimensional que requiere acciones coordinadas donde se crearán fuentes de trabajo o mejoría de las condiciones de vida de los productores.
De su lado, Rodrigo Castañeda Sepúlveda, representante de la FAO en la República Dominicana, señaló que un mecanismo como este podría ayudar a integrar a los productores a un mercado público seguro que elimine la burocracia y obstáculos de acceso a mercados del sector de la agricultura familiar.
Castañeda Sepúlveda precisó que “estrategias como éstas además facilitan el consumo de productos frescos a la población que garantizan una mejor nutrición para reducir los actuales índices de obesidad en población joven y adulta que en los momentos actuales presenta números preocupantes, mecanismos como este pueden ser muy útiles para generar desarrollo en la zona rural. La agricultura familiar tiene el potencial de transformar los sistemas alimentarios, haciéndolo más resilientes, pero necesita políticas públicas especiales”.
Por otra parte, Elías Tejeda, del Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (INABIE) señaló que en la actualidad los productos procesados que se ofrecen a más de un millón de estudiantes en las escuelas tienen un alto contenido de macronutrientes, pero que a la vez hay un déficit considerable de micronutrientes, elementos considerados de importantes para el desarrollo de los niños y que la agricultura familiar puede jugar un rol importante supliendo alimentos frescos y buena calidad.
El plan, enfocado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible 1, Fin de la pobreza y 2, Hambre cero, contempla la realización de dos pilotos de compras públicas a la agricultura familiar que permitirán estudiar las condiciones de acceso al mercado público de asociaciones y cooperativas de productores familiares.
Igualmente, en la actividad se realizó la conformación de una mesa de trabajo con actores del sector público y organizaciones vinculadas al sector agropecuario de pequeña escala que trabajará en el diseño de estrategias de política y acciones que favorezcan las compras a la agricultura familiar.
Se indicó además que el anteproyecto de Ley General de Contrataciones Públicas que impulsa la DGCP propone establecer procedimientos de excepción dirigidos a la producción nacional, en casos particulares relacionados al alivio de la pobreza, la alimentación escolar y otros escenarios permitidos por los tratados internacionales de libre comercio.
También consideraron que la agricultura familiar es la forma de organización agropecuaria que puede ser un medio para que familias en situación de pobreza obtengan los nutrientes para su alimentación y puedan generar ingresos.
La presentación de esta iniciativa se dio en el marco de un conversatorio virtual sobre la articulación de las compras públicas y la agricultura familiar, que contó con los panelistas Guadalupe Valdez, del Centro de Investigación y Promoción Social (Cipros); Hero Pérez de Articulación Campesina; Arturo Bisonó de la Dirección de Agricultura Familiar de Progresando Con Solidaridad (Prosoli); Benjamín Elías Tejeda del INABIE y Miriam Guzmán viceministro del Ministerio de Agricultura.
Esta iniciativa cuenta con el apoyo del Programa Mesoamérica sin Hambre, financiado por la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID).
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