Kabul.- El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) reclamó este jueves de manera urgente 2.600 millones de dólares para poder hacer frente a la grave crisis humanitaria en Afganistán, donde las vidas de 3,2 millones de niños peligran debido al hambre y la desnutrición por falta de alimentos.
La directora del PMA para Afganistán, Mary-Ellen McGroarty, advirtió en un comunicado que las necesidades de la población afgana son muy graves, y que se debe "separar el imperativo humanitario de las discusiones políticas", en relación al reconocimiento o no del régimen talibán, en el poder desde el pasado 15 de agosto.
"El pueblo inocente de Afganistán, los niños de Afganistán a quienes se les ha trastocado la vida por causas ajenas a su voluntad, no pueden ser condenados al hambre y la inanición solo por la lotería de la geopolítica y del nacimiento", sentenció McGroarty.
El PMA compartió imágenes de la situación desesperada que se vive en gran parte del país, donde la llegada del duro invierno afgano complica aún más una realidad ya de por sí dramática, con una población que tras el impacto de la pandemia y una prolongada sequía, necesita vender sus escasas pertenencias para tratar de sobrevivir y depende de la limitada ayuda humanitaria disponible.
La peor sequia y crisis de alimentos en decadas
En el reparto de ayuda humanitaria, además de la ONU participan organismos como la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), que subrayó este jueves en otro comunicado que trabajan contra reloj para hacer llegar alimentos y enseres para combatir el invierno a las zonas más afectadas.
"Afganistán sufre una de las peores sequías y crisis de escasez de alimentos en décadas, lo que amenaza con una catástrofe humanitaria inigualable mientras un crudo invierno se cierne sobre millones de afganos", alertó el FICR en la nota.
Según el organismo, alrededor de 22,8 millones de personas, el 55 % de la población afgana, están experimentando altos niveles de escasez aguda de alimentos, después de que la sequía afectara a más del 80 por ciento del país, paralizando la producción de alimentos.
Además durante el último año casi 700.000 personas tuvieron que huir de sus hogares debido a la sequía o al conflicto armado que se intensificó en el país hasta agosto, sumándose a los alrededor de 3,5 millones de desplazados internos que ya había en todo el país.
La FICR solicita unos 39 millones de dólares para poder prestar ayuda humanitaria de emergencia a unas 560.000 personas en las 16 provincias más afectadas por la grave sequía y los desplazamientos.
"Los afganos hacen frente a la peor sequía y crisis de hambre que se recuerde. Se necesita una acción internacional mucho más rápida para evitar una catástrofe humanitaria en los próximos meses", remarcó desde Afganistán el director de Asia Pacífico de FICR, Alexander Matheou.