Los Ángeles, EE.UU.- Fue una de la caras más conocidas de la gran pantalla durante la década de los años ochenta y los noventa, pero Meg Ryan, que este viernes 19 cumple 60 años, hace más de una década que puso cierta distancia entre ella y la meca del cine.
En una entrevista con The New York Times Magazine en 2019, la actriz señaló que el distanciamiento venía por ambas partes: “Creo que el sentimiento con Hollywood fue mutuo. Sentí que se había acabado cuando ellos sintieron que se había acabado, probablemente”.
La relación de Ryan con el cine comenzó sin que ella lo buscara, según ha comentado en varias ocasiones “nunca soñé con ser actriz”.
Margaret Mary Emily Anne Hyra, su verdadero nombre, nació en Connecticut, en Estados Unidos.
Sus padres se casaron jóvenes, en la veintena ambos y, con el tiempo, se fueron alejando el uno del otro. Finalmente se separaron.
Su madre se mudó, esperando labrarse una carrera como actriz, y su padre, profesor de matemáticas, se quedó en la casa familiar con Ryan y sus tres hermanos.
Meg se trasladó a Nueva York para estudiar periodismo. “Realmente no pretendía ser actriz”, dijo Ryan en una conversación con la también actriz Gwyneth Paltrow, según recogió Entertainment Tonight.
“Yo era una estudiante de periodismo en la universidad y una persona curiosa. Y quería salir al mundo y descubrir quién era, en relación a otras cosas, a otras personas y a otros entornos”, comentaba.
Comenzó en el mundo de la publicidad y de la interpretación para ganar dinero, pero poco a poco esta actividad fue ganando terreno en su vida.
Con 20 años apareció en su primera película “Rich and Famous”. Cinco años después, en 1986, llegó el papel que supuso un paso determinante a la fama, el de Carol Bradshaw en “Top Gun”, filme protagonizado por Tom Cruise y Kelly McGillis .
Un año después obtuvo su primer papel protagonista en el filme “Innerspace”, dirigida por James Dante, en cuyo rodaje conoció al que unos años después se convirtió en su marido durante una década, el actor Dennis Quaid.
Estreno en la comedia
En 1989, se estrenó en uno de los géneros que más fama y reconocimiento le reportó, el de las comedias románticas, con “When Harry Met Sally”.
En esta misma categoría se encuentran otros de sus títulos que la convirtieron en una actriz de gran popularidad como “Joe versus the Volcano”, “Prelude to a Kiss”, “Sleepless in Seattle”, “French Kiss, “You’ve Got an Email” y “Kate and Leopold”, entre otros.
Brilló durante la década de los años ochenta y los noventa y, gracias a este tipo de películas, no tardaron en colocarle la etiqueta de “novia de América”.
Sus papeles en otros registros, como “When a Man Loves a Woman” o “City of Angels” parecían tener menos impacto en los espectadores, independientemente del resultado en taquilla .
Uno de estos casos fue el filme “In the Cut”, de 2003, que no tuvo una gran aceptación de público o crítica, aunque a ella le gustó su trabajo en la cinta.
“Siento que esa podría haber sido la última película que debería haber hecho. Me sorprendió la reacción negativa”, dijo a The New York Times Magazine.
“’In the Cut’ era algo sexual, y el sexo desconcierta a la gente. Nunca me había presentado así antes; era muy diferente del arquetipo que me habían asignado hasta entonces”, confesó Ryan quien aseguró que sintió esa cinta como un punto de inflexión.
Tras esta película actuó en un puñado de títulos más como “Against the Ropes”, “In the Land of Women”, “The Women” y “Serious Moonlight”.
Luego de este último trabajo en 2009, se alejó de la actuación y no volvió a la gran pantalla hasta 2015. Fue en “Ithaca”, una cinta que dirigida por ella desarrollada en los años 40 del pasado siglo en el marco de la II Guerra Mundial.
En el terreno personal, Ryan estuvo casada durante diez años con el también actor Dennis Quaid y tiene dos hijos, Jack, fruto de esta relación, y Daisy, a la que adoptó en 2006.
Cuando su matrimonio con Quaid agonizaba, tuvo un romance con el actor neozelandés Russell Crowe, su compañero de reparto del filme “Proof of Life”, rodada en el año 2000 y finalmente se separaron en 2001.
A raíz de aquello, contó a la revista InStyle que dejó de ser vista como la “novia de América” y, de golpe, pasó a ser tildada de “mujer casquivana”.
“Fue una gran historia, pero lo que no estaba en su argumento era lo que en realidad había en ese momento en mi matrimonio”, aseguró la actriz.
“Dennis no me fue fiel durante mucho tiempo y eso fue realmente doloroso”, añadía.
Meg Ryan aseguró que no era una víctima y que el tiempo que siguió a todo aquel revuelo fue “interesante para mi vida”.
“Tan doloroso como fue, también fue increíblemente liberador. Realmente me di cuenta de que no tenía que preocuparme más sobre lo que la gente pensaba”, afirmó tras aquel episodio.