Redacción.- El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, aterriza en China el jueves en una misión para fortalecer las relaciones con Pekín ante las dudas de si el gigante latinoamericano debería permitir a Huawei Technologies Co. construir su red 5G.
Brasil ha logrado un equilibrio inusual, y frágil, entre Pekín y Washington, primer y segundo socio comercial del país respectivamente, y actualmente es uno de los pocos beneficiarios de la guerra comercial.
Sin embargo, una decisión futura sobre Huawei podría alienar a uno de ellos. Estados Unidos ha advertido de consecuencias si Brasil da el visto bueno a la compañía tecnológica china.
El gran apetito de China por las materias primas impulsó el comercio total entre los dos países a US$113.000 millones en 2018. La nación sudamericana fue el octavo socio comercial de China en tamaño el año pasado.
Las empresas chinas también invierten mucho en Brasil, que busca inversores extranjeros para su programa de privatización a fin de acelerar el débil crecimiento económico. Si bien el presidente estará acompañado por sus ministros de Relaciones Exteriores y de Agricultura para la visita de Estado de esta semana, los miembros de su equipo económico irán en una fecha posterior.
“La ausencia de asesores económicos de alto nivel indica que no habrá anuncios importantes aparte de un posible aumento en los acuerdos de materias primas”, dijo Hussein Kalout, experto en política de la Universidad de Harvard y uno de los principales académicos de Brasil en relaciones internacionales.
Alrededor del 40% de las exportaciones brasileñas, principalmente productos básicos, se envían a China, según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil. Bolsonaro no solo quiere aumentar esa cifra, también pretende reforzar el perfil de las exportaciones, desde las materias primas a productos de mayor valor agregado.
Bolsonaro ha mostrado su apoyo desde hace tiempo al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y expresó escepticismo sobre las inversiones de Pekín antes de su victoria electoral el año pasado, diciendo que al país se le permitía “comprar en Brasil, pero no comprar Brasil”.
Sin embargo, Bolsonaro ha atenuado algunas de sus críticas y ha adoptado un enfoque pragmático.
En mayo, envió al vicepresidente Hamilton Mourão para suavizar cualquier tensión con Pekín. Durante su viaje, Mourão se reunió con el multimillonario fundador de Huawei, Ren Zhengfei, y dijo que Brasil no tenía intención de restringir las actividades de la firma en el país. La compañía ha estado activa en Brasil durante más de 20 años.
“Desde que asumió el cargo, el presidente Bolsonaro ha dado importancia a la relación con China, lo apreciamos”, dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Geng Shuang, a los medios en Pekín la semana pasada al anunciar la visita. Un comentario publicado el jueves por la agencia oficial de noticias Xinhua de China anticipaba que la visita “inyectaría nueva vitalidad a la cooperación bilateral y avanzaría en los esfuerzos conjuntos para mejorar la gobernanza global”.
Se espera que se aborde el tema de la oferta de Huawei para construir la red 5G de Brasil, aunque Bolsonaro dijo a periodistas en Japón el martes que el problema no estaba en su radar. El ministro de Asuntos Exteriores brasileño, Ernesto Araujo, dijo recientemente que Brasil elegiría pronto a su socio para la red 5G.
Después de China, Bolsonaro también viajará a los Emiratos Árabes Unidos, Catar y Arabia Saudita, donde buscará más inversiones de fondos soberanos locales en energía renovable, defensa e infraestructura.
Brasil también quiere calmar las preocupaciones de los países árabes por su manifiesto apoyo al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
“La visita a los países del Golfo demostrará las posibilidades de inversión en Brasil e intensificará las relaciones después de la visita a Israel del presidente”, dijo el embajador Kenneth Nobrega, jefe del departamento de Medio Oriente del Ministerio de Relaciones Exteriores a los medios en Brasilia.
“Los países de la región son grandes compradores de agronegocios brasileños y también hay importantes perspectivas para la exportación de material de defensa a la región”.
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