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viernes 4 noviembre, 2022

¿Sufres de estreñimiento?, aquí la forma correcta para sentarse en el retrete (váter)

Las redes están teniendo mucho que ver a la hora de visibilizar y normalizar problemas comunes como el estreñimiento que tiene una prevalencia estimada alrededor del 20 por ciento en el mundo, según la guía del estreñimiento de la World Gastroenterology Organisation (WGO).

Redacción.- Durante mucho tiempo hemos ignorado y silenciado los síntomas de las enfermedades urinoginecológicas y sexuales, y lo mismo ocurría con algunos problemas de salud frecuentes como el estreñimiento.

Afortunadamente, esto está cambiando y las redes tienen mucho que ver. Cada vez hay mayor sensibilidad hacia estos problemas y muchas personas están empezando a entender la importancia de estas dolencias y problemas intestinales, siendo conscientes de que se trata de patologías o síntomas tratables y curables.

Las redes están teniendo mucho que ver a la hora de visibilizar y normalizar problemas comunes como el estreñimiento que tiene una prevalencia estimada alrededor del 20 por ciento en el mundo, según la guía del estreñimiento de la World Gastroenterology Organisation (WGO).

En España oscila entre el 12 y el 20 por ciento, aunque “un 30 por ciento de los españoles se considera ‘estreñido’ y piensa que es un problema menor o rutinario, puede llegar a mermar la calidad de vida.

Por eso debe tomarse en serio”, nos cuenta el doctor Enrique Rey Díaz-Rubio, jefe de la Unidad del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.

Se entiende por estreñimiento una situación en la que una persona presenta menos de tres deposiciones a la semana, coincidiendo con presencia de heces duras, más secas y de escasa cuantía. Suele afectar a personas con vida sedentaria y a aquellas con una dieta pobre en líquidos y fibra (frutas y verduras).

También se considera estreñimiento “si no hay deposiciones en más de tres días o esas heces, aunque se produzcan antes de los tres días, son muy dificultosas o requiere de cambios posturales o maniobras para favorecer la expulsión”, explica la doctora Susana Jiménez Contreras, portavoz de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD).

Por otro lado, algunos hábitos cotidianos que pasamos por alto podrían agravar el problema. Y es que la mayoría de la gente no se sienta bien en la taza del váter.

Hay una forma correcta de hacerlo para favorecer la evacuación intestinal. Así lo cuenta Marcela Pedraza, especialista en fisioterapia y rehabilitación en su perfil de Instagram.

Lo primero que hay entender es que debemos respetar la "llamada" tanto miccional como para defecar. Es decir, ir al baño a evacuar cuando se siente la necesidad, sin relegarlo.

Si desatendemos esa primera llamada, la sensación de necesidad desaparecerá. Las heces quedarán retenidas o almacenadas en el recto (algo poco recomendable) y la eliminación será más costosa.

Digo esto porque muchas personas con estreñimiento dejan pasar esa llamada porque están ocupadas o porque son reacias a acudir a baños públicos con lo que retrasan el momento de la evacuación cuando tienen ganas, una de las razones por las que el estreñimiento se perpetúa en muchas ocasiones.

Y ahora volvamos al tema, la postura correcta para ir al baño. Tal y como indica la experta, "mucha gente cuando va al baño se inclina hacia delante de manera instintiva para poder evacuar". Pero eso no resuelve el problema de estreñimiento y encima podría dañar la columna, ya que nos obliga a forzar la espalda.

Además, el paso de las horas y el estreñimiento hace que las heces retenidas se vayan deshidratando y la musculatura, al haber retenido las heces (o gases) en el recto, ha estado todo el día activa y no encuentra ya fácilmente el estado de relajación necesario para dejar paso.

Por eso es muy importante la postura que adoptamos al sentarnos en la taza del váter. Para evitar que el estreñimiento vaya a más y facilitar una correcta evacuación es necesario que exista una flexión de caderas superior a 90º. O lo que es lo mismo, las rodillas deben estar más elevadas que las caderas.

¿La razón? En esta posición la musculatura encargada de la continencia fecal se relaja y no es necesario hacer tanta fuerza para defecar. De lo contrario, adoptar una posición que sea biomecánicamente incorrecta nos obliga a realizar un esfuerzo excesivo, lo que provoca aumentos de la presión intraabdominal que pueden resultar dañinos para el suelo pélvico, tal y como se explica en este artículo publicado en CuerpoMente.

Además, al no haber escuchado la llamada inicial, las heces retenidas se van deshidratando y la musculatura, al haber retenido las heces (o gases) en el recto, ha estado todo el día activa y no encuentra ya fácilmente el estado de relajación necesario para dejar paso,

Esto causa un estreñimiento muy común cuyo origen está en la parte ano-rectal, en la parte posterior del suelo pélvico. Sin darse cuenta, las personas que lo padecen cierran la musculatura en el momento de la eliminación en lugar de relajarla. Realizan entonces pujos de expulsión muy intensos que son la causa más habitual de maltrato al suelo pélvico.

Según los proctólogos (especialista en las enfermedades benignas o malignas que se producen en la región del recto y la zona del ano) y tal y como recogen los estudios y tratados sobre gastroenterología moderna, la medicina que se ocupa del estómago y los intestinos y sus enfermedades: "Con los mulsos flexionados sobre el abdomen disminuye la capacidad de la cavidad abdominal y aumenta la presión intra-abdominal, que favorece la expulsión”,

De hecho, en el libro 'El mejor medicamento eres tú (Aguilar)', el doctor francés Frédéric Saldmann explica gráficamente el asunto: "Pensad en una manguera de riego llena de agua medio doblada: cuesta que el agua salga. Es exactamente lo que ocurre al estar sentado. Cuando el sujeto se pone de cuclillas el ángulo se abre, el pliegue desaparecer y los restos pueden evacuarse con facilidad".

Con esto no quiero decir que tengamos que empezar a hacer nuestras necesidades de cuclillas, pero sí adaptarnos y cambiar la postura en la que defecamos, por ejemplo, con la ayuda de un taburete, como nos ha mostrado Marcela.

De este modo no solo evitaremos el estreñimiento, también ayudamos a resolver otros problemas entre los que se incluyen las hemorroides (al defecar incorrectamente aumenta la presión en los vasos sanguíneos de la región anal) y los trastornos de erección, que en muchos casos están causados por la hinchazón de ciertos vasos próximos al recto que provocan a su vez una irritación de algunos nervios contiguos que intervienen en la erección.

 

 

 

Por La Redacción
Fuente: Mónica De Haro
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