La noche de este martes, a las 7:00, arrancó de nuevo el estado de emergencia con la entrada en vigor del toque de queda.
La esperanza es que los dominicanos hayamos aprendido la lección y esta vez nos comportemos a la altura del reto que nos plantea el COVID-19.
Para el que todavía no quiera entenderlo, esto es una guerra y en la guerra, la gente se protege, se guarda en sus casas y no protesta porque estén tirando tiros y bombas.
A diferencia de una guerra convencional, con el coronavirus al enemigo no lo vemos.
Solo sabemos que todo el mundo es un enemigo en potencia y que tenemos que protegernos todos de todos para sobrevivir en esta guerra.
Por suerte, las armas no son difíciles de portar: una mascarilla, que ni siquiera es de hierro; mantener la distancia y unos hábitos de higiene que no constituyen una carga para nadie.
No se comprende, por tanto, que no mostremos amor por nuestras familias, amigos y compatriotas provocando con nuestra conducta que cualquiera sea víctima en esta conflagración en todo el ámbito mundial.
Vamo’arriba, cumplamos esta vez.