COVID-19, medios electrónicos y la Aldea Global de McLuhan

La crisis sanitaria provocada por la pandemia de la COVID-19 puso distancia entre los humanos.

Ante este distanciamiento quizás se pudo pensar en el derrumbe de la famosa teoría “Aldea Global”, desarrollada por el filósofo y sociólogo canadiense Marshall McLuhan (1911-1980).

Recordemos que éste término hace énfasis en las consecuencias socioculturales de la comunicación inmediata y mundial, en todo tipo de información, a partir de aquello que posibilitan y estimulan los medios electrónicos.

Para desarrollar la teoría, McLuhan se apoyó en la unión de los términos: “aldea”, que supone los límites de un espacio determinado; y “global”, que hace referencia al planeta Tierra.

La teoría plantea, a groso modo, la desaparición de las distancias físicas para generar conocimiento. Incluso, McLuhan sostuvo que el desarrollo de ésta modificó al ser humano en su esencia porque alteró su manera de comunicarse y su organización social.

Actualmente con la inesperada expansión de la COVID-19 nos retrotraemos a esa afamada teoría.

El impacto del coronavirus frenó la industria, el comercio marítimo, aéreo y terrestre, así como los sistemas de enseñanza y servicios, además de las actividades de entretenimiento en el planeta.

El intercambio entre países colapsó independientemente de que el liderazgo mundial volcó esfuerzos humanos, económicos y logísticos para evitar el progresivo y letal avance de la COVID-19.

Ya nada es igual y no lo será. La humanidad quedó dividida sin necesidad de fronteras.

Ahora vemos como muchas familias, conviviendo en un mismo hogar, son fuerzadas a romper su esquema afectivo como mecanismo de protección para evitar contagios o ser contados entre posibles muertos.

El efecto de la COVID-19 ha sido devastador para la humanidad.

Los contagios de personas en el planeta ya alcanzan la cifra de 5,404,512 (99,780 nuevos), mientras que los muertos reportados suman 343,514 (1,486 nuevas defunciones).

En la República Dominicana los casos conformados alcanzan los 15,723 (459 nuevos) y las muertes de personas suman 474, según los datos contenidos en el Boletín No.69 ofrecido por las autoridades.

Sin embargo, dicen que “nada es tan malo que no tenga algo bueno” y por eso entendemos que ante la crisis sanitaria los medios de comunicación resultaron beneficiados como estructura comunicacionales.

Una enseñanza, independientemente de las personales, es la de ponderar el rol jugado por los medios de comunicación, especialmente superada la crisis.

A los que no comparten ese criterio, sólo pregúntense: ¿Cómo habría sido el manejo de esta pandemia sin el soporte o apoyo de los medios de comunicación?

Los medios de comunicación, especialmente los electrónicos, han sido y serán claves para combatir la COVID-19. Como estructura son herramientas idóneas para mantener la población orientada adecuadamente.

Estos además garantizan mantener la cercanía entre pueblos y países, tal cual visionó el sociólogo McLuhan con su teoría.

Un buen ejemplo han sido los medios impresos y electrónicos del país, los cuales mantuvieron el flujo de información y orientación a distancia.

Localmente la pandemia de la COVID-19 nos dejó mucho dolor, cientos de muertos y pérdidas materiales aún no calculadas, cosa que lamentamos. Sin embargo, aprovechamos para apelar a la solidaridad global con los deudos y afectados.

Las crisis son generadoras de oportunidades… y el coronavirus creo la coyuntura para que canales de televisión, emisoras, periódicos y medios electrónicos pudieran revalidar su papel social, lo que indudablemente se le retribuye en crédito de audiencia por ofrecer un servicio confiable, justo en el momento en que la población más lo necesita.