La JCE debe parar el oído

La Junta Central Electoral (JCE) vive actualmente un momento de trance de cara a las elecciones del 2020, proceso que tiene por misión administrar y arbitrar.

Por un lado, el organismo comicial debe dejar ver su autonomía ante el país, esto sin apartarse ni relegar peticiones de los actores de los venideros comicios.

También como órgano electoral, la JCE está llamada a actuar con equidad como forma de revestir de transparencia a esa organización, además de los resultados electorales, pero sobre todo, tiene que armarse de fortaleza institucional para blindar, éste y venideros resultados, de la credibilidad necesaria.

Por eso saludamos las declaraciones de la señora vicepresidente de la República Margarita Cedeños, quien no solamente saludó el mantenimiento del voto electrónico porque representa un paso de avance y modernidad para el país.

Sin embargo, la vicemandatario fue muy específica al sugerir a la JCE responder las inquietudes que se tienen sobre los resultados de las primarias celebradas por los partidos Revolucionario Moderno y de la Liberación Dominicana.

Apelaba Cedeño al bien de la democracia al hacer el señalamiento.

“Volver hacia atrás, hacia la boleta manual, sería muy, muy complicado. De lo que si podemos estar muy conteste es que además del voto automatizado se puedan contar el 100% de las boletas y corroborar que el resultado sea igual”, apuntaba la vicepresidente.

Y ciertamente, no podemos volver sobre esos pasos. Ya el país, a través de la JCE, invirtió US$19.0 millones para la adquisición de 11,000 unidades de cada uno de los equipos que integran el sistema de voto automatizado y la suerte de los mismos no debe ser un zafacón.

La República Dominicana es un país pobre, pero hizo un esfuerzo, y la Junta tiene la responsabilidad de responder por ello.

Escuchar es de sabios…y por suerte, aún se tiene el tiempo suficiente para aplicar cualquier correctivo de ser necesario.