Valencia, España.- El Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunitat Valenciana (ICOPCV) ha advertido que la llamada 'podobromhidrosis' o mal olor de los pies es una de las principales afecciones de estas extremidades en otoño, que puede venir causada, entre otros motivos, por el contagio por hongos en verano, el uso de un calzado no transpirable, el abuso del alcohol o el tabaquismo y que, además, puede ser síntoma de otras patologías como alteraciones del sistema metabólico, de las glándulas apocrinas, enfermedades renales o, incluso, hepáticas.
Según ha informado la entidad colegial en un comunicado, con la llegada del otoño y de la paulatina bajada de las temperaturas, se vuelve al uso de un calzado cerrado, un tipo de zapato que puede provocar mayor sudoración del pie y la aparición de mal olor, que es una de las principales afecciones de los pies en esta época del año.
"Cuando el sudor entra en contacto con la flora bacteriana del pie, produce en su descomposición amonio y ácido graso que dan como resultado el mal olor de los pies. El motivo más común es que estos pasen muchas horas dentro de un calzado cerrado con la correspondiente secreción de sudor", ha explicado Antonio Viana, podólogo y secretario del ICOPCV.
Según han indicado, esta causa suele ser "más frecuente" en niños y adolescentes que en adultos debido a su "alta actividad", al uso "abusivo" de zapatillas deportivas "poco transpirables" y, a veces, por una higiene "más descuidada".
Junto a esto, también hay otros factores que pueden propiciar un exceso de sudor y de mal olor en los pies como pueden ser el contagio por hongos y el pie de atleta, muy comunes tras el verano.
Además, desde el ICOPCV se ha señalado que, debido a que el sudor es una vía para la eliminación de toxinas del cuerpo, fumar y abusar de bebidas alcohólicas "predispone" a la podobromhidrosis. También lo hace el consumo de algunos alimentos como las especias, la cebolla o el ajo porque al degradarse producen moléculas odoríferas, causantes del mal olor.
Además, desde el ICOPCV se ha advertido de que el mal olor de los pies puede ser síntoma de otras patologías como alteraciones en el funcionamiento de las glándulas apocrinas, enfermedades metabólicas, renales o hepáticas, o determinados tratamientos farmacológicos como los antidepresivos.
"Los tratamientos para eliminar este problema variarán en función de su origen. De esta forma, en algunos casos para que desaparezca el mal olor de los pies es necesario tratar además de los miembros inferiores estas patologías", ha detallado.
Otros tratamientos podrían ir desde la administración de antibacterianos o antifúngicos, a la aplicación de tratamientos secantes en polvo o aerosol, la eliminación de la dieta de algunos alimentos o dejar de fumar. "En casos de sudoración extrema, se aplican tratamientos físicos como la iontoforesis (introducción de iones de sustancias activas) o la cirugía", ha explicado Viana.
DECÁLOGO PARA EVITAR EL MAL OLOR DE LOS PIES
Los podólogos han elaborado un decálogo para evitar el mal olor como mantener una higiene óptima de los pies, lavarlos a diario y secarlos bien, sobre todo entre los dedos; cambiar los calcetines todos los días (con mayor frecuencia si los pies sudan mucho, como al practicar deporte); airear los zapatos después de utilizarlos para evitar la proliferación de bacterias; evitar el uso de zapatos demasiado apretados o que estén fabricados con materiales sintéticos u optar por el cuero, el lienzo o la malla que permiten que los pies respiren.
Asimismo, recomienda utilizar calcetines que repelan la humedad como son la lana o el algodón; evitar los calcetines de nylon o las medias; retirar, airear y lavar periódicamente las plantillas de los zapatos; cambiarlas una vez al mes, como mínimo; usar aerosoles desinfectantes para el interior de los zapatos para acabar con las bacterias que causan el mal olor; evitar utilizar remedios caseros contra el mal olor que circulan en internet, ya que además de no estar demostrada su eficacia podrían agravar la afección en función de su origen y acudir a un podólogo para identificar el origen de la patología y aplicar el tratamiento más adecuado.