Maduro persigue a aliados de Guaidó y exige venganza

Redacción.- Una semana después de un audaz intento de derrocar al autócrata venezolano Nicolás Maduro, su régimen está tomando medidas enérgicas contra los responsables, registrando casas, emitiendo órdenes de arresto y obligando a los líderes de la oposición a ocultarse.

Los principales aliados de Juan Guaidó, el jefe de la impotente legislatura que dice ser el presidente legítimo del país, están circulando por casas seguras, refugiándose en embajadas y preparándose para una vida a la fuga desde la detención esta semana del vicepresidente de la Asamblea Nacional, Edgar Zambrano.

Freddy Superlano, un político que apoya a Guaidó, dijo desde paradero desconocido que estaban viviendo una persecución brutal y añadió que estaban escondidos y que lo estarían durante un tiempo.

El jueves, Guaidó volvió a hacer un llamamiento a sus seguidores para que salieran a las calles, pero estos deben hacer frente a uno de los ataques más agresivos del Gobierno contra sus enemigos hasta la fecha. En los últimos años, los socialistas gobernantes se han apresurado a encarcelar a cargos electos después de importantes disturbios.

Por su parte, el tribunal superior de Venezuela ha solicitado esta semana el procesamiento de 10 políticos. Zambrano, al igual que muchos de los perseguidos, apareció el 30 de abril con Guaidó y más de veinte soldados desertores en una manifestación al este de Caracas en una incitación a las Fuerzas Armadas para que se rebelaran.

El senador Marco Rubio, quien ha ayudado a configurar la política de Estados Unidos hacia Venezuela, dijo por Twitter la noche del jueves que Maduro temía tocar a Guaidó y, en cambio, está tratando de socavar su movimiento al "arrestar o forzar al asilo político a decenas de líderes clave de la Asamblea Nacional".

El tuit de Rubio pone de relieve un punto clave: Maduro está caminando sobre una cuerda floja al tratar de castigar a sus rivales sin incurrir en toda la furia de Estados Unidos, que ayudó a facilitar el fallido levantamiento y ha advertido explícitamente en contra de tocar a su rival.

Lo que es más, la lenta ofensiva muestra la debilidad del control de Maduro sobre el poder cuando la economía se derrumba y su aprobación se desploma hacia un solo dígito.

Durante dos meses, Guaidó y otros líderes de la oposición mantuvieron conversaciones secretas con cargos del régimen de alto rango, pero, según el Gobierno de Trump y la oposición, algunos todavía leales a Maduro renunciaron a un acuerdo de reparto del poder en el último minuto.

El 30 de abril, Guaidó y su equipo aparecieron fuera de una base aérea de Caracas antes del amanecer, pero el levantamiento perdió fuerza horas después, cuando los principales militares del Ejército ignoraron el llamamiento a abandonar el régimen y las fuerzas de seguridad recuperaron el control de las calles.

Conforme los aliados de Guaidó en Washington y Caracas intentan averiguar qué salió mal, el líder de la oposición sigue luchando para mantener la presión sobre Maduro, aunque con pocas tácticas nuevas. El jueves, Guaidó pidió a la Organización de Estados Americanos que estudie "todas las opciones" contra el régimen y a sus partidarios que, una vez más, mantengan la fe en las calles.

El Gobierno quiere perseguir a los diputados para parecer más fuerte, dijo Guaidó a los medios en Caracas y afirmó que eso no los detendría.

 

 

Por La Redacción
Fuente: Andrew Rosati
y Alex Vasquez
Bloomberg