Europa se prepara para un inminente futuro de entregas con drones

Limburgo, Bélgica.- Dos años después de que Amazon completó su primera entrega con un drone comercial, la idea de usar dispositivos sin pilotos para entregar artículos hasta la puerta de las casas sigue siendo un sueño distante, por no decir disparatado.

El reciente cierre del Aeropuerto de Gatwick, en Londres, provocado por avistamientos de drones cerca de la pista dejó claros los riesgos y las complejidades de los esfuerzos.

Sin embargo, a medida que el comercio electrónico sigue creciendo, los drones tienen el potencial de reducir los tiempos, los costos y la energía que necesitan muchas entregas diarias, en el entendido de que se manejen bien y se usen con cuidado.

Antes de que prospere una industria de drones comerciales, en particular en las zonas urbanas más pobladas de Europa, distintos tipos de drones deben ser capaces de volar por sus rutas de entrega sin chocar entre ellos -y conforme a un conjunto estandarizado de regulaciones, según los expertos-, de manera similar a los autos en las calles.

El camino para demostrar que los drones pueden funcionar juntos y ser monitoreados en cielos abarrotados ha llevado a un grupo de empresas a un antiguo aeródromo militar a las afueras de Bruselas, donde pondrán a prueba su tecnología de aviación sin pilotos. El proyecto, conocido como Safir, ayudará a las autoridades europeas a trazar un conjunto de reglas para el uso comercial de los drones.

Entre las empresas más grandes involucradas se encuentra Amazon Prime Air, la división de drones del gigante minorista. En diciembre de 2016, Amazon demostró cómo podría usar los drones cuando documentó la entrega aérea de un dispositivo de streaming y una bolsa de pop-corn a un cliente en Cambridgeshire, Inglaterra.

Más recientemente, la empresa desarrolló un sistema de gestión de tráfico sin personal: en esencia, un sistema de control de tránsito aéreo para drones. Sin embargo, las ambiciones de Amazon son solo una parte de la iniciativa Safir.

"El objetivo es probar diez drones con diferentes propósitos, aplicaciones y sistemas informáticos", dijo Mark Vanlook, director ejecutivo de DronePort, las instalaciones recién inauguradas donde se llevarán a cabo las pruebas.

Las empresas involucradas en el proyecto abarcan distintas necesidades y propósitos. Recientemente, Unifly, una empresa de software de aviación que desarrolla sistemas de administración de drones, recaudó 16,7 millones de dólares de inversionistas. Otra empresa, Helicus, trabaja en el transporte de material médico y promete entregas más rápidas de medicina crucial a los hospitales. Ambas empresas tienen sede en Bélgica.

El proyecto Safir se lleva a cabo en un momento de transición en la industria de los drones comerciales de la Unión Europea (UE). El Parlamento Europeo y el Consejo Europeo acaban de expandir la autoridad regulatoria del bloque para incluir a todos los drones civiles, y la Comisión Europea está terminando un conjunto armonizado de reglas.

El cierre de Gatwick, que afectó los planes de viaje de más de 140.000 personas días antes de Navidad, "abrió nuestros ojos" a la importancia del trabajo regulatorio de la Comisión Europea, dijo Vanlook, y a la necesidad de soluciones innovadoras para la gestión del tránsito de drones.

"Es evidente que existe la tecnología para construir drones individuales, y ahora nos queremos poner al corriente con el registro, el rastreo y la creación de reglas: todo lo necesario para evitar incidentes caóticos e improvisados como el de Gatwick", dijo Ellen Malfliet, directiva de Unifly.

China es el mayor fabricante de drones comerciales del mundo, mientras que Estados Unidos busca apurar el desarrollo de su propio mercado. Hace poco, el presidente Donald Trump amplió las oportunidades para probar drones por encima de poblados más allá del campo visual y de noche.

Hay otras empresas tecnológicas importantes además de Amazon que están destinando recursos a la industria, como Wing, una división de la empresa matriz de Google, Alphabet, que hizo pruebas de entregas con drones en las afueras de Canberra, Australia.

Para no quedarse atrás, la Comisión Europea está ayudando a financiar proyectos como Safir. Según los analistas, la industria de los drones comerciales podría producir más de cien mil empleos dentro del bloque para 2050.

Ya hay países en Europa embarcados en sus propios experimentos con la aviación sin pilotos, desde entregas de comida rápida en Islandia hasta de medicamentos cruciales en Suiza.

A fines de noviembre, se reunieron los miembros de Safir en Bruselas para planificar. En 2019 el grupo probará productos en conjunto en DronePort, donde los usuarios tendrán espacios para oficinas y zonas de prueba en exteriores, así como una larga pista de despegue, una torre de control y hangares.

También planean realizar una demostración en vivo sobre Amberes, Bélgica , siempre y cuando pasen una serie de pruebas de seguridad y certificación. Los participantes aseguran que, de tener éxito, la demostración en vivo enviará una señal tanto a los negocios como a los consumidores de que se puede desarrollar una vibrante industria de drones comerciales.

 

Por La Redacción
Fuente: The New York Times