Damasco, Siria. - La alianza rebelde siria liderada por islamistas anunció el domingo la toma de Damasco en una ofensiva relámpago que derrocó al régimen de Bashar al Asad, cuya familia gobernó Siria con puño de hierro durante medio siglo, sumiendo al país en la incertidumbre.
Decenas de personas irrumpieron en la lujosa casa de Al Asad en Damasco después de que el mandatario huyese del país tras perder el respaldo de Rusia. La residencia fue saqueada.
Una sala de recepción del palacio presidencial, situado en otro barrio, fue también incendiada, indicaron periodistas de AFP. Mientras tanto, decenas de personas salieron a las calles, según imágenes de AFPTV, para celebrar la caída del régimen.
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Las imágenes mostraron personas pisoteando una estatua de Hafez al Asad, el padre de Bashar.
"Esperábamos este día desde hacía mucho tiempo", dijo Amer Batha por teléfono desde la plaza de los Omeyas, donde el ruido de los disparos como señal de alegría se mezclaba con los gritos de "Allahu Akbar" ("Dios es el más grande").
En la televisión pública, los rebeldes anunciaron la caída del "tirano" Bashar al Asad y la "liberación" de Damasco. También dijeron haber liberado a todos los prisioneros "detenidos injustamente".
El canal de Telegram de la alianza anunció horas después la llegada de su líder, Abu Mohamad Al Jolani, a Damasco. Un video lo mostró arrodillándose y acercando la cabeza al piso.
El enviado de Naciones Unidas para Siria, Geir Pedersen, calificó la toma de Damasco de "momento decisivo", pero pidió mantener "esperanzas prudentes" tras la caída del régimen.
El Ministerio ruso de Relaciones Exteriores afirmó que Al Asad había dimitido y dejado el país, sin precisar el destino.
Israel celebra un "día histórico"
La Casa Blanca indicó que el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, sigue "con atención" los "extraordinarios acontecimientos" en Siria.
La jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Kaja Kallas, afirmó que la caída del gobierno era "positiva" y mostraba "la debilidad" de algunos de sus apoyos, Rusia e Irán.
La televisión estatal iraní informó del saqueo de su embajada en Damasco. Los diplomáticos iraníes salieron de la legación antes del asalto, precisó el diario Tehran Times, citando al portavoz de la diplomacia iraní.
La salida de Al Asad representa un "día histórico en Medio Oriente", reaccionó el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Israel describió al presidente derrocado como un "eslabón central" del "eje del mal" dirigido por Teherán.
El Estado hebreo no permitirá que "ninguna fuerza hostil" se establezca en la frontera, añadió Netanyahu, quien ordenó a su ejército que tomase el control de la zona siria del Golán.
Siria es escenario de una guerra civil desde la violenta represión en 2011 por el régimen de Al Asad de las manifestaciones prodemocráticas en su país en el marco de las denominadas "primaveras árabes".
Tras años de estancamiento, el 27 de noviembre una alianza rebelde liderada por islamistas lanzó una ofensiva relámpago en el noroeste del país. Conquistaron rápidamente varias ciudades con el objetivo de llegar a Damasco y derrocar al presidente.
"Millones de sirios que se vieron obligados a abandonar sus hogares pueden volver a su tierra", afirmó desde Doha Hakan Fidan, el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, que apoyó a los rebeldes.
Ankara está dispuesta a ayudar a Siria a "garantizar su unidad" y "su seguridad", escribió en X.
La guerra en Siria dejó medio millón de muertos y dividió al país en zonas de influencia, con fuerzas beligerantes apoyadas por potencias extranjeras.
Espectacular ofensiva rebelde
"Después de 50 años de opresión bajo el gobernante partido Baas, y 13 años de crímenes, tiranía y desplazamiento [desde el comienzo del levantamiento en 2011] anunciamos hoy el fin de esta era oscura y el comienzo de una nueva era para Siria", afirmaron los rebeldes.
El líder del grupo islamista radical Hayat Tahrir al Sham (HTS), Abu Mohammad al Jolani, que dirige la coalición rebelde, pidió a sus combatientes que no se acerquen a las instituciones, que permanecen bajo la autoridad del primer ministro hasta el "traspaso oficial" del poder.
El grupolibanés Hezbolá, apoyo clave de Al Asad, retiró sus fuerzas de las afueras de Damasco y de la región de Homs, en el oeste, dijo una fuente cercana al movimiento.
La coalición rebelde liderada por HTS, un grupo que estuvo relacionado con Al Qaida, logró un avance espectacular en tan solo diez días, tomando las ciudades de Alepo, Hama y Homs hasta su entrada en Damasco.
Las tropas gubernamentales también perdieron el control de la ciudad de Daraa, cuna del levantamiento de 2011 y situada al sur de la capital, cerca de la frontera con Jordania.