En la dinámica cotidiana parece que vamos perdiendo todo sentido del límite. Y eso no es más que la falta del cumplimiento de la ley.
En verdad no hay sociedad que consolide su progreso en esa realidad.
El orden está intrínsicamente asociado al desarrollo y a la democracia.
Lamentablemente, cada vez la República Dominicana encuentra menos el camino para la aplicación de la ley como regla general para toda la ciudadanía.
Es la manera más simple, menos traumática y menos costosa, en todos los órdenes, para promover la paz social y el empoderamiento social.
Problemas simples y complejos por lo regular quedan impunes, excepto aquellos que por desamparos las injusticias les cobran muy caros sus faltas.