No deberíamos tener que repetirlo. El dengue se hace endémico en nuestro ambiente tropical.
Combatirlo debería ser parte de nuestra educación desde las escuelas, los hogares y desde los mensajes oficiales.
La fumigación debería ser rigurosa y sistemática.
Sin embargo, con frecuencia mostramos los hospitales y los centros médicos repletos de casos derivados de la picadura del mosquito que se anida en nuestras zonas húmedas y en agua acumulada en la vegetación, los jardines, los tanques, envases caseros y callejeros.
Nuestras políticas se reiteran en la falta de sistematicidad y por eso parece que patinamos sobre los mismos problemas.
Creemos válido aún insistir con la población que es un tema de higiene.