El gobierno tiene la responsabilidad de preservar la seguridad nacional y eso incluye a toda su ciudadanía.
Y en esta materia es difícil determinar el nivel de riesgo que encierran las situaciones peligrosas.
Frente al emplazamiento y el conflicto en torno a la construcción para desviar las aguas del río Dajabón o Masacre se ha movilizado una parte importante de nuestros cuerpos armados.
Sin embargo, se ha considerado que ha sido un exceso.
La mejor seguridad descansa en la prevención. Es decir, evitar que las cosas sucedan.
Y la verdad es que la situación haitiana resulta poco confiable como para pensar que nada puede ocurrir.
Quizás sea un error que el gobierno responda ese cuestionamiento.
Bastaría con explicar que su responsabilidad es asegurar nuestra integridad y estar protegido frente a cualquier eventualidad.
El país no necesita controversia.