Naciones Unidas.- Tres de cada cuatro habitantes del mundo viven en países con algún nivel de inseguridad hídrica, según un informe presentado este jueves por expertos de Naciones Unidas (ONU), que advierte que la comunidad internacional está muy lejos de alcanzar las metas que se ha fijado en este ámbito.
El análisis, elaborado por el Instituto para el Agua, Medio Ambiente y Salud de la Universidad de la ONU, examina toda una serie de factores como el acceso a agua potable, saneamiento, salud, calidad del agua, disponibilidad o estabilidad del suministro para evaluar la situación de cada país.
En un extremo, 23 países tienen niveles críticos de inseguridad hídrica (entre ellos Eritrea, Sudán, Etiopía, Afganistán, Haití, Pakistán y Yemen), mientras que en el otro únicamente 33 cuentan con una situación adecuada, principalmente estados de Europa y algunos sueltos en otras regiones como Canadá y Estados Unidos, Japón, Israel, Nueva Zelanda o Australia.
Entre medias, una mayoría del mundo sufre inseguridad hídrica, aunque no en sus niveles más extremos, explicaron los autores del informe en una conferencia de prensa.
Ejemplos
Los expertos recalcan que la abundancia de agua en un país no equivale necesariamente a seguridad hídrica y pone el ejemplo de muchos países de África, Asia o América Latina con mucha agua, pero que tienen malas calidades o poco acceso a saneamiento.
Uno de los principales problemas que identifica el informe es que más de un 70 % de la población mundial no tiene acceso a agua gestionada de forma segura y un 10 % sigue sin tener acceso básico a agua potable.
Acabar con esa situación, precisamente, era una de las grandes metas incluidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible pactados por la comunidad internacional en 2015 con vistas a 2030.
“Sin seguridad hídrica los países son simplemente incapaces de apoyar ecosistemas de agua dulce, sustentos y bienestar humano”, señaló en un comunicado Charlotte MacAlister, la autora principal del documento.
El informe se presentó en el marco de la Conferencia del Agua de la ONU, la primera cita de este tipo en casi 50 años y en la que se buscan compromisos de países y empresas para actuar ante la crisis del agua que se vive a nivel global.
Más de un 70 % de la población mundial no tiene acceso a agua.
Agricultura y estrés hídrico
La agricultura es la principal responsable del estrés hídrico que sufre la región de Latinoamérica y el Caribe, según se puso de manifiesto este jueves en la Conferencia del Agua que se celebra en la ONU desde ayer y hasta el viernes.
Concretamente, la agricultura supone un 74 % del total de extracción de agua en toda la región, como alertaron los representantes de PLACA, acrónimo por Plataforma de Acción Climática en Agricultura, integrada por 16 países de la región en el marco del evento paralelo “Agua y agricultura de para el clima en América Latina y el Caribe”.
Son varios los países de la región con índices altos de estrés hídrico y que han sufrido en todo o parte del territorio sequías prolongadas, como el caso de Perú, Chile y México -las tres potencias agrícolas-, o el conocido como “corredor seco centroamericano”.
A esta realidad no escapa el Caribe, donde siete países registraron sequías graves en 2020- ni incluso la Amazonía, considerada una de las regiones naturales más húmedas del mundo, que también se está volviendo más árida.
Por todo ello, los países firmantes de PLACA han pedido un uso más sostenible del agua, porque la demanda de agua no va sino a crecer por factores como el aumento de la población, la urbanización y el cambio climático, por lo que es crucial dotarse de sistemas más eficientes de uso del agua, también en el ámbito agrícola.
Varios países se unen para restaurar ríos y lagos
Nueva York. Colombia, Ecuador, México, República Democrática del Congo, Gabón y Zambia lanzaron este jueves una iniciativa conjunta desde Nueva York por la que se comprometen a restaurar los ríos, lagos y humedales degradados de sus países antes de 2030.
El “Reto del Agua Dulce”, como han bautizado a la iniciativa “tiene como objetivo restaurar 300,000 kilómetros de ríos, el equivalente a más de 7 veces la circunferencia de la Tierra, y 350 millones de hectáreas de humedales, un área más grande que la India, en el horizonte de 2030”.
En un comunicado publicado durante la Conferencia del Agua de la ONU, los países inciden en que los ríos y los lagos constituyen los ecosistemas más degradados del mundo.