Apostar al país

La mejor manera de gobernar y de ejercer la política es apostar al desarrollo del país. Y en ese loable propósito muchos pueden perder el rumbo.

Por lo regular a nadie que lo hace bien le va mal.

Y es aquí el gran desafío de quienes tienen la vocación de servir, sobre todo desde la gestión pública.

El proyecto de ley para regular la figura del fideicomiso público ha suscitado debate entre los congresistas, economistas, abogados y comunicadores.

Y en una discusión seria, los argumentos se pueden despejar o ayudan a mejorar lo que hacemos.

La oposición está en el deber de aportar a todo esfuerzo por el desarrollo.

Y el Gobierno en la obligación de escuchar.

Esclarecidos los puntos no podemos trancarnos.