Sobre todo, razones económicas y de seguridad hacen necesaria la bancarización de la población dominicana.
El auge de la tecnología facilita ese propósito.
La banca nacional ha avanzado mucho en esa materia y sigue invirtiendo en la digitalización.
La experiencia de la pandemia del COVID-19 ayudó a dinamizar ese proceso. Confirma aquello de que la necesidad es innovadora.
La digitalización ahorra recursos y agiliza los procesos. Y permite colocar el banco en las manos de los usuarios.
El Gobierno debe auspiciar que eso siga avanzando.
Con ello nos permite universalizar la banca y las operaciones financieras.
Cuando todo el dinero circule por esas vías sabremos de qué tamaño es realmente la economía.