Astros van a la Serie Mundial por segunda vez consecutiva; Phillies regresan tras eliminar los Padres

New York.- Jugadores van y vienen. Entrenadores y gerente general, también. Y la única constante que han vivido en los últimos años los Houston Astros ha sido la de los triunfos, la de postemporada y hasta la de Serie Mundial.

Houston jugará el Clásico de Otoño por segunda vez consecutiva y cuarta en seis años, después de vencer el domingo por la noche 6-5 a los New York Yankees, para completar la barrida en la Serie de Campeonato de la Liga Americana.

Los Astros avanzaron invictos en la postemporada, tras limpiar a Seattle Mariners y Yankees, luego de que consiguieron la mejor marca de la Liga Americana en temporada regular, con 106 victorias, que son la segunda mayor cantidad en la historia de la franquicia, para llegar a su sexta postemporada consecutiva; séptima en ocho años.

Y cada año lo hacen con jugadores diferentes. Ya sin los Carlos Correa, George Springer, Dallas Keuchel, Charlie Morton, Josh Riddick y hasta Gerrit Cole, quien ahora juega para los Yankees; entre muchos otros peloteros que se fueron en agencia libre o por decisión del club.

Tampoco está el manager A.J. Hinch, que fue el encargado del proceso de crecimiento, maduración y campeonato de los Astros. Se fue en medio del escándalo de robos de señales, que ha empañado los éxitos recientes de la fraquicia. Igual sucedió con el gerente general Jeff Lunho.

“Mi presencia aquí ha tenido que ver con la continuación del proceso y fortalecer a la organización”, dijo el manager de los Astros, Dusty Baker, antes del tercer juego contra los Yankees. “Algunos de los muchachos del núcleo aún siguen aquí. Algunos otros jugadores han tomado un rol de mayor liderazgo del que tenían antes. Ha sido un proceso natural”.

Por momentos, muchos podrían pensar que los Astros se convirtieron en la nueva dinastía de la Liga Americana. Pero la realidad es otra, porque son pocos los peloteros que han estado en el equipo durante la mayor parte de los tiempos recientes, en que han dominado la Liga casi a placer.

Por ejemplo, del campeonato de Serie Mundial que conquistaron en el 2017 sólo están en el equipo José Altuve, Yuli Gurriel, Alex Bregman y Lance McCullers Jr. Justin Verlander fue campeón ese año, pero las lesiones han impedido que juegue todas las demás postemporadas.

“Tenemos muy buenos muchachos aquí, dentro y fuera del tereno de juego”, agregó Baker. “Aceptan a los jóvenes. Enseñan a los jóvenes, a los que aleccionan sobre la manera correcta de jugar este deporte en el máximo nivel y cómo manejar su negocio. He pasado un tiempo muy emocionante aquí, donde todos siempre esperamos ganar”.

El ejemplo más claro de la evolución de los Astros está representado por Jeremy Peña, quien fue uno de los peloteros que más aportaron en temporada regular y en playoffs ha estado cooperando igual con ofensiva y defensiva.

Peña sustituyó a uno de los íconos recientes del club, el parador en corto Carlos Correa, quien se fue en agencia libre al terminar la temporada pasada.

“Estos chicos me han aceptado desde el primer día”, dijo Peña. “He aprendido mucho de ellos. Me han enseñado mucho sobre poner el trabajo y competir. Es lo que intento, tratar de seguir mejorando y jugando fuerte”.

Así, los Astros intentan coronar el proceso con otra Serie Mundial. Pero esta vez, ganándola.

New York Yankees: 5
Astros: 6

Filadelfia.- Bryce Harper desató el festejo de postemporada de los Phillies en el montículo y dio la orden para que sus compañeros se dirigiesen al sitio donde la juerga iba a comenzar para los campeones de la Liga Nacional.

"¡Todos, adentro! ¡Vamos", vociferó
Con su gorro echado atrás, Harper caminó hacia la cueva y alzó sus brazos jubilosos mientras los fanáticos de Filadelfia coreaban "¡MV3! ¡MV3!". Los Phillies procedieron a dar rienda suelta su celebración en el camerino.

Harper fue el artífice del momento, hecho posible por responder a la ocasión que Philadelphia le exigía tras firmar el contrato más lucrativo de un agente libre en la historia del béisbol.

Durante esta temporada, Harper ha bateado a placer y, con el cetro de la Liga Nacional de por medio, el toletero respondió con el momento determinante de sus cuatro años de trayectoria con los Phillies.

Harper despachó su quinto jonrón de la postemporada, un batazo de dos carreras en el octavo inning que transformó el Citizens Bank Park en un manicomio, y el toletero con el contrato de $330 millones de dólares cargó el domingo a los Philadelphia Phillies a la victoria 4-3 sobre los de San Diego Padres y el pase a la Serie Mundial por primera vez desde 2009.

Un swing, por la banda contraria. El jonrón para sentenciar un triunfo, uno que pareció estar tocado por el destino desde el instante que se presentó en el plato en el octavo capítulo con los Phillies y sus fanáticos anticipando que Harper iba a responder una vez más.

"Conecté la bola, y miré hacia la cueva para que vieran que lo hice por ellos", señaló Harper. "Es por todo este equipo, por toda esta organización".

Rhys Hoskins también conectó un cuadrangular de dos carreras y Philadelphia siguió su improbable marcha al título de la Liga Nacional y ahora peleará por su primer campeonato del Clásico de Otoño desde 2008.

Tras quedar terceros en la División Este de la Liga Nacional, los Phillies no paran de sorprender y ahora están en la Serie Mundial.

Se toparán desde el viernes contra los Houston Astros, que derrotaron 6-5 a los New York Yankees para barrer su serie en cuatro duelos y revalidar su cetro de la Liga Americana.

Harper fue proclamdo como el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, y al poner el trofeo sobre el estrado, dejó bien claro que va por mucho más.

"Esto realmente no me importa, pero MLB me ha obligado a hacerlo", dijo Harper.

J.T. Realmuto abrió la parte baja del inning contra el relevista venezolano Robert Suárez y Harper mandó en línea un sinker de 98 mph en cuenta de 2-2 por la banda contraria. La pelota cayó en las gradas del jardín izquierdo, desatando otra vez el delirio de 45.485 aficionados dentro del estadio.

Bateador zurdo, Harper conectó ante un derecho. Los Padres optaron por dejar a su cerrador zurdo Josh Hader en el bullpen.

"Es lo que se plantea, pero no era nuestro plan", dijo el mánager de los Padres, Bob Melvin. "Queríamos que Hader sacara cuatro outs, y teníamos gran confianza en Suárez".

Los Phillies pensaban lo mismo con Harper.

"¿Puro caos? No creo que nadie se sorprendió", dijo Hoskins. "Tiene un talento para responder en los momentos más importantes".

Y no olvidar que se temió que Harper no volvería a jugar esta temporada cuando sufrió la fractura del dedo pulgar por un lanzamiento de Blake Snell de San Diego a fines de junio.

En cambio, el astro que firmó un contrato de 13 años para jugar en Philadelphia ha respondido con creces.

"Siempre mantuvimos la fe", dijo Harper.
Pero los Phillies sufrieron hasta lo último.

El relevista de los Phillies, David Robertson, fue sacado tras conceder un par de boletos en el noveno. El venezolano Ranger Suárez salió por primera vez como relevista en la campaña y retiró a Trent Grisham con un toque y luego sacó a Austin Nola el hermano del as de los Phillies, Aaron Nola-- con un elevado para el último out.

Los Phillies palpitan que apenas comienzan.

Harper, quien cumplió 30 años la semana pasada, batea para .439 (18 hits en 41 turnos) con seis dobles, cinco jonrones, 11 impulsadas y 10 anotadas en 11 juegos de postemporada. Ha dado un hit en 10 seguidos y se ha embasado en 11 consecutivos.

Y el temido bateador designado confía prolongar esas rachas al disputar su primera Serie Mundial.

"De cierta forma, como que pasaba inadvertido por la clase de estrella que es", indicó el mánager de los Phillies, Rob Thomson. "Es una súper estrella que ha respondido. No se puede decir más".

 

 

 

 

 

 

 

Por La Redacción
Fuente: ESPN