¿Sabes la edad correcta en que tu hijo puede utilizar la tableta sin que le ocasione ceguera? Aquí te contamos

Santo Domingo.- El 50 % de los niños menores de nueve años de edad podrían sufrir problemas de visión en diferentes grados antes de alcanzar su desarrollo o madurez visual, como consecuencia del uso prolongado de tabletas, celulares y exposición a la pantalla del televisor.

El uso excesivo de esos aparatos electrónicos podría producirles enfermedades frecuentes que afectan la visión, como miopía, astigmatismo y ojo seco con alergias oculares, lo que abre la posibilidad de que sufran complicaciones graves de la visión cuando alcancen la adultez, explicó la doctora Claudia Thomas de Hospiten Santo Domingo, a propósito de la celebración del Día Mundial de la Visión, que se celebra el segundo jueves de octubre de cada año.

“Para que un niño sufra complicaciones visuales, todo dependerá de su edad, su genética y del tiempo de la exposición a las pantallas que utilice por día. Si ese menor está aún por alcanzar su desarrollo o madurez visual, que llega hasta los siete a los nueve años, hasta un 50 % de ellos podría desarrollar problemas de visión en diferentes grados”, precisó Thomas.

Explicó que en Hospiten Santo Domingo reciben pacientes pediátricos desde el primer mes de nacidos, “pero los que con frecuencia presentan problemas en la visión, son los de edad preescolar que abusan de los dispositivos, cuyos padres lo utilizan como ciber nanas o porque iniciaron la escolaridad de manera virtual sin control de horarios”.

Sin embargo, advirtió que hay enfermedades que pueden ser detonantes de ceguera como la retinopatía de la prematuridad, el glaucoma y la catarata, la coriorretinitis por toxoplasmosis, la ambliopía, el queratocono y las miopías magnas que empeoran al aumentar su graduación desmedidamente pudiendo eso ocasionar hasta un desprendimiento de retina.

A su vez informó que “la Academia Americana de Oftalmopediatría tiene una tabla con los tiempos sugeridos de exposición a esos aparatos; la misma señala que en menores de tres años el tiempo es cero, pues el ojo está terminando de crecer y es la etapa de mayor vulnerabilidad”.

Asimismo, manifestó que se irá incrementando el horario según rango de edad de hora en hora, “y en los mayores se sugiere aplicar la regla del 20-20-20 donde luego de 20 minutos de lectura cercana, deben mirar más allá de 20 metros durante 20 segundos.

La asociación con problemas de visión, indicó la galeno, dependerá del tiempo de exposición que haya tenido el niño a los dispositivos y de la frecuencia con que visiten a su oftalmopediatra, “ya que a veces es tan abrupto que los síntomas son agudos y tan intensos como el estrabismo, pero a veces es más discreta su instauración, por lo que se detecta a más largo plazo hasta pasando a veces desapercibido por los padres si no realizan las revisiones periódicas”.

Dijo que la primera revisión se debe hacer al mes de nacido el bebé, especialmente si es resultado de un parto prematuro, porque permitirá detectar la retinopatía de la prematuridad, lo que podría producir ceguera permanente al infante.

“Luego, hay diferentes esquemas, según las escuelas americana o europea, para revisar la visión cada cierto tiempo hasta la madurez visual, que en promedio es hasta los nueve años. El chequeo es necesario sobre todo si aparecen síntomas de enfermedades visuales, ya que por ejemplo la ambliopía no da ningún síntoma, lo cual es sumamente peligroso”, advirtió Thomas.

Además precisó “que las afecciones de la vista son muchas y que van desde la hipermetropía, astigmatismo y miopía o la combinación de ambas, hasta inflamaciones de la conjuntiva o la úvea, de las vías lagrimales, de donde provienen las dacriocistitis; la conjuntivitis, causadas por alergias o bacterias y las uveítis hasta por toxoplasmosis”.

También sostuvo que los pacientes con mayor riesgo de padecer problemas de visión son aquellos cuyos padres “también los padecen, o sufren de diabetes, los falsemicos, prematuros, entre otros, los que nunca se han revisado y aquellos con predisposiciones genéticas variadas combinados con otros defectos, como el estrabismo y el síndrome de visualización de pantallas, que hasta trastornos del sueño induce”.

La profesional recomendó para una visión saludable una alimentación “con nutrientes ricos en vitamina A y Betacarotenos, ejercicio al aire libre, control de uso de pantallas, sobre todo su iluminación y protección con filtro de luz azul, además de revisiones periódicas con su oftalmopediatra”.