Este es un tiempo en que lo único sabio es estar alerta.
Estarlo para aprovechar las oportunidades, pero, sobre todo, para prevenir, en la medida de lo posible, los riesgos que se generan en un mundo repleto de incertidumbres.
Muchas cosas suceden fuera de nosotros, pero con una incidencia determinante en nuestros desempeños internos.
Por tanto, embullarnos con las consideraciones halagadoras puede resultar sólo una distracción.
El Gobierno ha venido sorteando la recuperación del país y ha sido reconocido por este proceso, lo que resulta muy bueno, pero hay que continuar con más ahínco procurando formas novedosas de fortalecernos frente a las consecuencias negativas previsibles que nos seguirán llegando.