Párroco denuncia personas profanan iglesia Las Mercedes

Santo Domingo.- El sacerdote Fray Frankelis Rodríguez Gómez, párroco de la iglesia Las Mercedes, en la Zona Colonial, reaccionó de manera airada contra grupos de personas que consumen bebidas alcohólicas y realizan acciones que atentan contra la honra y la moral, en los alrededores de la parroquia, en horas de la noche y los fines de semana.

Dijo que el desorden e irrespeto a la Virgen de Las Mercedes, patrona del pueblo dominicano, llora de la impotencia al ver que hacen de todo lo inmoral frente a sus ojos, sin que las autoridades que deben sobre guardar, proteger y garantizar el orden público y las propiedades históricas de la zona, no estén haciendo nada para evitar el desorden y la profanación a los templos sagrados.

“Es vergonzante y penoso ver lo que ocurre en las puertas y patios de nuestra iglesia, donde se encuentran decenas de botellas vacías de bebidas alcohólicas (cervezas y ron) condones usados, cientos de colillas de cigarrillos y excrementos (materia fecal) y otros desperdicios, que irrespetuosos y desaprensivos dejan tirados en todo el entorno de la iglesia, que a pesar de las quejas y denuncias las autoridades se hacen de la vista gorda”, manifestó Frankelis Rodríguez.

Agregó que la alcaldesa del Distrito Nacional, Carolina Mejía, no cumple con la promesa de garantizar la limpieza y la seguridad de la zona colonial y que menos hacen la Policía de Turismo (POLITUR), que dirige el General de Brigada Minoru Matsunaga y la Policía Nacional que Eduardo Alberto Then que son las instituciones que deben velar por la sana convivencia en la sociedad dominicana.

Diáconos, seminaristas, catecúmenos y feligreses del templo católico, al igual que el párroco Rodríguez Gómez, elevaron su voz de protesta contra lo que está ocurriendo en horas de la noche de jueves a sábados.

Señalaron que se evidencia falta de respeto, de educación, incremento de la delincuencia, el consumo de drogas, así como la debilidad de las autoridades que no vigilan ni cumplen con sus obligaciones de proteger ni preservar el orden público y menos custodiar la histórica zona colonial, por donde entra gran parte del sustento de la economía nacional por la visita de turistas.