Un científico ruso afirma haber descubierto cómo resucitar a los muertos

Redacción.- De joven, Alexey Turchin se enfrentó a la muerte prematura de un compañero de clase. Ese dramático acontecimiento le hizo cuestionar el tema de la muerte y la posibilidad de superarla en términos tecnológicos.

En la actualidad, el transhumanismo es un movimiento cultural que cree en el uso de la ciencia y la tecnología para que la especie humana supere su condición limitada, transformándola en posthumana. Turchin es uno de los grandes exponentes de esta corriente.

Recientemente ha publicado un artículo titulado "Clasificación de los enfoques de la resurrección tecnológica", que recoge estudios sobre la superación de la muerte mediante el uso de la tecnología.

Turchin siempre ha transcrito todos sus sueños y conversaciones, pero también sus prejuicios y todo lo que pueda describir su personalidad. Según su idea, en el futuro habrá Inteligencias Artificiales tan avanzadas que leyendo todos los datos de una persona podrán crear una copia exacta de ella. Tendrá tu ADN y todo lo que necesita para "devolverte a la vida".

Por supuesto, esta idea es muy controvertida y ya ha suscitado un debate entre la comunidad de científicos y filósofos. Por ejemplo, considerar una copia de ti mismo como "tú mismo". Esto ya sería cuestionable, incluso si fuera 100% exacto.

El otro "problema" de este escenario ideado por Turchin es que no habrá suficiente energía para mantener esta máquina superinteligente y la única forma de alimentarla sería construir una esfera de Dyson. Se trataría de una enorme estructura teorizada por el físico británico Freeman Dyson, que se construiría alrededor del cuerpo de una estrella para capturar toda su energía.

Se cree que una civilización extraterrestre muy evolucionada llegaría al punto de poder controlar y aprovechar la estrella de su sistema, teniendo así toda la energía que necesita.

Por supuesto, no estamos cerca de poder realizar esta construcción. Y, no sólo por eso, el proyecto de Alexey Turchin parece también bastante alejado de nuestras capacidades tecnológicas (y, por qué no, también éticas).

Así que por ahora tomen toda esta idea como una historia muy fascinante, que no es poca cosa.

 

Por La Redacción
Fuente: Esquire