Por lo regular nos inclinamos muy fácil a creer que las reformas resuelven nuestros problemas.
Quizás por eso producimos tantas leyes, en ocasiones lloviendo sobre mojado, pensando que esa es la solución.
Y no es así, las reformas policiales son evidentemente necesarias, pero no serán una panacea para solucionar los problemas policiales y la inseguridad con que estamos viviendo en la República Dominicana.
El tema es viejo y cada gobierno lo ha tenido que tratar. Y es posible que ninguno haya hecho lo suficiente para lograr tener un país seguro.
Sobre todo, que lo necesitamos quienes vivimos en el territorio nacional y los millones de personas que nos visitan para disfrutar de la magia del país.