Creatividad con límites

En la Cámara de Diputados se conocerá oportunamente un proyecto tendente a regular, aún más, el uso de moteles y cabañas en el país y de aprobarse, tal cual fue sometido, establecería el cierre por tres meses y multa de 50 salarios mínimos para el comercio infractor.

De acuerdo con el legislador José Henríquez, proponente de la pieza, las cabañas o moteles actualmente “están siendo utilizadas como zonas francas para la delincuencia", argumento que podría motivar una gran discusión.

No se puede ocultar lo preocupada que está la población con los hechos delincuenciales, incluso, la percepción generalizada es que ya desborda los límites del asombro.

Tomándole la palabra al legislador peledeista por el municipio Santo Domingo Este, en el país no solo las cabañas como empresas privadas generadoras de riquezas, deben contar con una regulación del Estado para operar, como de hecho ocurre.

Sin embargo, se aconseja ver este tema con la razón y no la pasión que despierta. Lo pertinente sería cuidar los parámetros legales, el límite personal y las formas.

Creemos que debemos tener presente que el principio de libertad de empresa ya alcanzó un rango constitucional en la República Dominicana, tal como establece el artículo 50 de nuestra Carta Magna, dentro del marco de los derechos económicos y sociales.

Vemos ocasionalmente en medios de comunicación la publicación de casos que involucran personas vinculadas a hechos que riñen con la ley, los cuales utilizan estos establecimientos para ocultarse, pero que no necesariamente estas acciones incluyen en la especie delictiva a estos negocios.

Incluso, si lo vemos desde un punto de vista lógico y operativo las cabañas o moteles solo podrían servir de madriguera temporal a cualquier delincuente por la dinámica que envuelve ese tipo de negocio, y esas mismas publicaciones lo evidencian.

Otro tema a tomar en cuenta es la garantía, aspecto muy importante cuando se habla de la condición de confidencialidad y del uso que se le dará al documento facilitado por el posible cliente al momento de requerir algún servicio.

La advertencia es porque el proyecto no es del todo claro en ese aspecto. Tampoco el momento que vive el país, tras la pandemia, lo aconseja.

Tenemos entendido que las cabañas o moteles ya son un sector regulado por la Dirección de Impuestos Internos.

Entendemos que la iniciativa del diputado José Henríquez tiene una carga de buenas intenciones, pero al momento de crear cualquier tipo de proyectos legislativos hay que ponderar distintos aspectos, entre ellos, su factibilidad y pertinencia.