Ojalá sea ahora

Hay situaciones que no pueden postergarse más allá de la tolerancia.

Ojalá que el retiro de 350 oficiales de la Policía Nacional implique la decisión definitiva de cambiar esta institución del orden público.

Las actuaciones de sus propios agentes han venido acumulando razones para dar este paso sin mayores postergaciones.

El lamentable asesinato de los esposos Elizabeth Muñoz y Joel Díaz pudiera tener una trágica utilidad de obligarnos a hacer lo que hace mucho debimos hacer y no hemos hecho.

Tal como se está comportando la Policía Nacional parece ser más un peligro que una institución confiable para resguardar el orden y el respeto de la ciudadanía.

Objetivamente, con la Policía Nacional nadie está seguro.