Aseguran RD está en capacidad de triplicar producción agropecuaria

Santo Domingo.- El exsenador Adriano Sánchez Roa aseguró que aunque en el país irrigan solamente 4,948,352 tareas, existen proyectos técnicos viables para agregar al riego, en breve plazo, otras 3,916,645 tareas, de manera que elevaríamos el área productiva bajo riego a 8,864,997 tareas, en una ruta que pudiera llegar a beneficiar con el agua a casi la totalidad de la tierra.

A juicio de Sánchez Roa, actual titular de Asuntos Agropecuarios y Agroindustriales del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), los recursos que posee la agricultura dominicana, son capaces de triplicar el aporte que ahora hacen a la economía, pues todavía la superficie cultivable dominicana supera los 18 millones de tareas.

El exlegislador emitió sus consideraciones este viernes durante el acto realizado en la Biblioteca Nacional de puesta en circulación del libro de su autoría “La Nueva Agricultura”, obra que el autor define como “un análisis profundo e imparcial, de donde parte una propuesta integral y amplia” y que contó con el prólogo del expresidente Hipólito Mejía.

A su vez dijo tener más de 40 años palpando todos los estilos y las gestiones en el sector agropecuario, pues ha visto pasar 23 secretarios de Estado o ministros de Agricultura, desde el 1966 a la fecha, lo que le ha servido para acumular experiencias y vivencias, además de elaborar estudios, como la obra puesta a circular.

“Con todos sus detalles y por etapas, abarcando la transformación de la zona rural. Se trata de un impulso moderno, obligado a tener como uno de sus ejes esenciales la reforma agraria, que apenas tiene el 45 % de la superficie asentada, y que aglutina parte de las mejores tierras, propias para desarrollar”, dijo.

Explicó que su obra “La Nueva Agricultura”, presenta que se coloque la agricultura dominicana en el primer nivel de la economía, “acorde con los suelos de elevada calidad y diversas altitudes, climas y vientos excepcionales, ubicación geográfica estratégica, recursos humanos experimentados, agua suficiente y oportuna hora luz, que nos permiten el lujo de cultivar todo el año y competir exitosamente en cualquier mercado foráneo”.

Según el autor, su obra constituye un ensayo que enfoca un modelo basado en la investigación, extensión puntual, organización campesina, capacitación y divulgación técnica, financiamiento adecuado y titulación que valoricen los predios, almacenamiento, transportes propios, y agroindustrialización.

“Garantizando mayores rendimientos y mejores calidades, aprovechando el potencial agropecuario y forestal, subutilizado, con el fin de retornar a un PIB (Producto Interno Bruto) de dos dígitos”, estimó.

RD-CAFTA
Sánchez Roa manifestó que la única oportunidad que tiene el país para evitar la hecatombe (destrucción) que provocaría la liberalización de las importaciones de alimentos contemplada en el DR-CAFTA, es aumentar los rendimientos por unidad y elevar la calidad, para así competir.

“En este ensayo, La Nueva Agricultura, enfocamos un modelo basado en la investigación, extensión puntual, organización campesina, capacitación y divulgación técnica, financiamiento adecuado y titulación que valoricen los predios, para garantizar mayores rendimientos y mejores calidades”, puntualizó.

Sostuvo que pese al crecimiento significativo del financiamiento del Banco Agrícola (Bagricola) a partir del 2012, el crédito al agro apenas está siendo el 7 % anual del total de la banca nacional, mientras la agropecuaria requiere de un 11.34 %, es decir, se necesita elevarlo de RD$44.5 mil millones a RD$74.2 mil millones, a fin de aplicar el paquete tecnológico y las acciones requeridas.

“El propósito de modernizar la agricultura con nuevas tecnologías obliga estimular al capital bancario privado, garantizándole el retorno de sus recursos y cubriendo parte de las tasas de interés, pues se necesitan RD$30.0 mil millones más”, aseguró.

El exadministrador del Banco Agrícola propuso la creación de un cuerpo de profesionales de la agronomía, la economía y otros en el servicio exterior, para aprovechar las amplias posibilidades de mayores exportaciones, que contribuyan a la captación de divisas y a mejorar las ganancias de nuestros productores.

Señaló que el sector agropecuario oficial tradicionalmente ha impulsado el fomento agrícola y pecuario en alrededor de 14.4 millones de tareas de tierra, dejando ociosa aproximadamente 5 millones, situación confirmada en el PreCenso del 2015, que estimó la existencia de 30 millones de tareas de tierras, incluyendo 12 millones forestales.

También abogó por organizar, preferiblemente en cooperativas, a los productores, como entes que unifiquen las comunidades, donde se analicen y adopten las principales decisiones económicas y sociales, pues la nueva producción y agroindustrialización, sería para mejorar el nivel de vida rural.

Puntualizó que la producción en invernadero es en una de las principales vías para incrementar a producción y exportación, puesto que ya se alcanzó 1,474,964 quintales en 2019, pero es posible llegar a los 5 millones de quintales, en un lapso breve.

“También podemos volver a superar el millón de tierra sembrada de café; ampliar el cacao orgánico, un orgullo nacional; e incrementar las áreas y las tecnologías en las musáceas, las raíces y tubérculos, frutales y ornamentales para aumentar la calidad y los rendimientos.

Afirmó que existe suficiente espacio para el cultivo orgánico, y que se debe aprovechar la expansión de los Estados Unidos, que aumentará su consumo de productos orgánicos de US$50,000.0 millones en el 2018, a US$135,000.0 millones en el año 2025, así como la elevada demanda el Canadá, Europa y otras naciones.

Sugirió la asignación de un técnico en cada una de las 1,259 áreas, con una oficina-agencia de desarrollo, creando un efectivo servicio de mecanización, con las maquinarias de lugar.

Sánchez Roa precisó que el país tiene el gran reto de disminuir los costos por unidad, puesto que al elevar los rendimientos y la calidad, eficientizando los recursos disponibles, se logrará una mejor competencia y, posiblemente, reducir el costo de la canasta alimenticia.