Sanciones laxas

Una cosa es que el país haga un esfuerzo por reabrir sus actividades cada vez de manera más plena y otra es que algunos sectores o figuras quieran aprovechar esta situación generando irrespeto para hacerse visibles.

Es obvio que lo hacen convencidos de que las sanciones resultan tan laxas que vale la pena cometer la insensatez.

Pero es obvio que hay un riesgo aún latente y que el mismo sólo podemos aminorarlo con una conducta responsable en el orden individual y colectiva.

Creemos que si no hacemos que los violadores reciban la rigidez y la dureza de las sanciones, seguiremos expuestos al mayor de los riesgos, pese a los esfuerzos para poder convivir con la pandemia.

Tienen que saber, que esto no es juego.