EE.UU. aprobará el regreso del 737 MAX en un escenario complejo para Boeing

Washington/Seattle.- Después de casi dos años de investigación y un enfrentamiento con los reguladores globales, Boeing Co. está lista para obtener el miércoles la aprobación de la Administración Federal de Aviación de EEUU (FAA) para que su avión 737 MAX vuele de nuevo tras los accidentes mortales de 2018 y 2019.

La FAA detallará las actualizaciones de software y los cambios en la formación de los pilotos que Boeing debe hacer para que el 737 MAX pueda reanudar los vuelos comerciales tras una interrupción de 20 meses, la más larga en la historia de la aviación comercial.

Los accidentes en Indonesia y Etiopía acabaron con la vida de 346 personas en apenas cinco meses y desencadenaron una serie de investigaciones y despidos que costaron a Boeing unos 20.000 millones de dólares y condujeron a que EEUU perdiese el liderazgo de la aviación mundial.

El avión más vendido de Boeing, sin embargo, reanudará su servicio comercial enfrentándose a importantes obstáculos: la pandemia de coronavirus, las nuevas tarifas europeas y la desconfianza que suscita la propia empresa.

Anticipando la aprobación de la FAA, American Airlines planea relanzar los vuelos comerciales de MAX el 29 de diciembre. Southwest Airlines, el operador de MAX más grande del mundo, no planea volar la aeronave hasta el segundo trimestre de 2021.

Cuando el 737 MAX vuelva a surcar el cielo, Boeing se enfrentará a un escrutinio total y continuo con el que se monitorizará cada uno de los vuelos de esas naves.

El objetivo, según dijeron tres fuentes relacionadas con el asunto, es evaluar cualquier problema que pueda afectar al avión en su regreso: desde un tren de aterrizaje atascado hasta emergencias relacionadas con la salud.

Se espera que el administrador de la FAA, Steve Dickson, firme una orden para levantar la prohibición de los vuelos el miércoles y la agencia dará a conocer una directiva de aeronavegabilidad en la que se detallarán los cambios necesarios.

La FAA exige un nuevo entrenamiento para los pilotos y actualizaciones de software para lidiar con un sistema de prevención de pérdida de vuelo llamado MCAS, que en ambos choques empujó hacia abajo el morro del avión mientras los pilotos luchaban por recuperar el control.

Los principales reguladores extranjeros de Europa, Brasil y China también deben emitir sus propias aprobaciones después de llevar a cabo revisiones independientes.

Esta desconfianza ilustra a la perfección el impacto que los dos accidentes del 737 MAX han tenido en la industria aérea, un sector que hasta entonces dominaba EEUU y en el que las naciones grandes y pequeñas se movieron, durante décadas, al ritmo que marcaba la FAA.

(Información de Eric M. Johnson en Seattle; Tracy Rucinski en Chicago, David Shepardson en Washington, Allison Lampert en Montreal y Jamie Freed en Sídney; traducción de Jorge Martínez)

 

 

 

Por La Redacción
Fuente: David Shepardson
y Eric M. Johnson
Reuters