El cuidado de nuestras playas

La República Dominicana ha sido objeto de escándalos y críticas a nivel internacional lo cual ha lacerado su imagen como líder del turismo en la región.

Primero recordemos las muertes coyunturales de varios turistas, en adición al mal manejo que dieron las autoridades, lo cual se prestó para una campaña mediática de la cual reconocidos medios internaciones se hicieron eco, de que en el país estaban (muriendo) decenas de turistas.

El hecho más reciente fue la publicación de la revista British Vogue, la cual ambientó su portada con una “aberrante” pero reconocida fotografía de una playa de la Bahía de Samaná atestada de basura, lo cual creó gran revuelo en el país, considerado por el Ministerio de Turismo y los principales grupos empresariales del sector, como un intento de desprestigiar la principal fuente de ingreso de la isla -el turismo-.

Si bien, podríamos considerar que el Gobierno y los empresarios salieron en defensa de nuestra principal fuente de ingresos que se ha visto afectado por la pandemia del COVID-19, no es menos cierto que hemos descuidado y perjudicado nuestro medioambiente con el grave problema de la basura que inundan nuestros ríos y playas.

Esperamos que con el nuevo anuncio del Ministerio de Medio Ambiente, con motivo del Día Mundial de Limpieza de Playas y Riberas de Ríos de que serían ampliadas las actividades, con la inclusión de un programa de educación para que los ciudadanos que visiten las costas entiendan la importancia de proteger nuestras playas, para beneficio del país y la biodiversidad marina, se siente un precedente que logre propiciar una cultura de preservación del medio ambiente todo el año y no tan solo en fechas puntuales fluctuantes en lapsos de tiempo distantes.

Sugerimos que, una de las medidas que podrían tomar las autoridades gubernamentales de ahora en adelante, bajo la dirección de Medio Ambiente, es que, se conformen comisiones permanentes que realicen trabajos de supervisión para hacer cumplir la ley medioambiental y concienciar a la ciudadanía los 365 días del año, lo cual nos beneficiará a todos y permitirá que los turistas, quienes en su gran mayoría son seducidos por la belleza singular de nuestras aguas cristalinas, se sientas más confiados al visitar los balnearios, playas y ríos.