Santo Domingo. - El presidente de la Unión Demócrata Cristiana (UDC), Luis Acosta Moreta, Luis “El Gallo” se opuso hoy a que a la avenida Nicolás de Ovando le sea cambiado el nombre por el de Johnny Ventura.
Destacó que Nicolás Ovando fue quien reconstruyó a la ciudad de Santo Domingo, en el año 1502, cuando la trasladó a la margen occidental del río Ozama.
Afirmó que cambiar un nombre reconocido por la historia dominicana por otro, es un despropósito y hasta una falla en la identidad del dominicano.
Ese proyecto de ley, sancionado y aprobado por los legisladores en primera lectura, debe quedarse en los archivos y no ser tomado en cuenta para una segunda lectura. Lo ideal es darlo por no recibido.
Johnny Ventura, uno de los artistas más populares en el país, querido por el pueblo dominicano, no merece que se le asigne una calle que tiene nombre, y por el contrario se debe buscar otra vía para honrarlo.
Además. siempre los cambios de nombre son contraproducentes, nadie utiliza el nuevo, y hay experiencias desde el Aeropuerto Internacional, hasta la zona de la Feria.
Proponemos que si se quiere honrar a Johnny Ventura se le debe poner su nombre a la Winston Churchil, tomando en cuenta que ese primer ministro inglés no hizo nunca nada a favor de la República Dominicana.
Nicolás de Ovando y Cáceres, fue gobernador y administrador colonial de La Española desde el 15 de abril de 1502 hasta el10 de julio de 1509, sucediendo en el cargo a Francisco Fernández de Bobadilla. Le tocó reconstruir la ciudad de Santo Domingo.
En 1503, De Ovando, gobernador de la isla, sospechaba que se estaba gestando una insurrección entre los jefes taínos, incluido Anacaona, mujer de Caonabo. Ovando dio la orden de que los caciques fueran capturados y quemados. Anacaona fue ahorcada.
La ciudad fue, conforme lo consigna la historia dominicana, fundada por Bartolomé Colón en 1498, en la margen oriental del río Ozama, pero debió ser trasladada por Nicolás de Ovando en el año 1502 a la margen occidental del mismo río.
De Ovando y Cáceres era hijo segundo de Diego Fernández de Cáceres y Ovando, que creció y aprendió el arte militar en casa de Juan II de Aragón.
De Ovando importó por primera vez esclavos africanos en La Española, a partir de 1502, porque ya según las leyes de entonces los indígenas americanos no podían ser tratados como esclavos.
Muchos de los miembros de la élite española solicitaron grupos de esclavos para trabajar como sirvientes en sus casas particulares.