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jueves 8 agosto, 2019

Obispo Masalles dice política tiene “jarta” a la gente y atribuye feminicidios a problemas de educación

Dijo que mientras los gobernantes aseguran que la economía anda bien, los de abajo sufren de una distribución desigual del ingreso y no participan del crecimiento económico, lo que hace de la República Dominicana uno de los países más desiguales de Latinoamérica.

Santo Domingo.- El obispo de la Diócesis de Baní, monseñor Víctor Masalles, manifestó que los hombres que cometen feminicidios tienen ausencia de ciudadanía, al tiempo que indicó que esta problemática tiene que ver con un problema de educación.

"Es un problema educativo, el joven que cree que puede dominar a la mujer, no ha sido educado de buena manera y no lo han enseñado a querer ni a respetar", expresó el monseñor durante la presentación del proyecto "Aprendiendo a Querer".

En cuanto a la posible despenalización del aborto, dijo que están buscando que el Código Penal respete la Constitución de la República en su artículo 37, el cual estipula que la vida es inviolable desde la concepción.

"La importancia del Código Penal no es sobre el aborto, ese ha sido el atrabanco de sectores que quieren a costa de violar la Constitución, despenalizar el aborto", señaló el religioso.

Destacó que hay unos 41 delitos que no están penalizados adecuadamente, y que en eso debería concentrarse la reforma al Código Procesal Penal.

Partidos políticos
A su vez, Masalles aseguró que la población está “jarta” de las discusiones internas de los partidos, que según dice, sirven como estrategia para esconder los verdaderos problemas que preocupan a los dominicanos.

Consideró que en lugar de estos temas, las primeras planas de los periódicos deberían ser ocupadas por los problemas económicos, como es la falta de acceso a la canasta básica que afecta a la mayoría de la población, lo que incide en los altos índices de pobreza.

“La gente esta jarta de la política, la política tiene jarta a la gente. Yo no sé por qué ellos aseguran que todo el mundo le está cayendo atrás, porque uno está saturado, todavía falta un año y ya estamos saturados, empachados de política desde hace dos años y medio”, indicó.

El también economista dijo que mientras los gobernantes aseguran que la economía anda bien, los de abajo sufren de una distribución desigual del ingreso y no participan del crecimiento económico, lo que hace de la República Dominicana uno de los países más desiguales de Latinoamérica.

Masalles entiende que los medios de comunicación deben dejar que cada partido se “emburuje” con sus problemas internamente y reflejar sin ningún rubor la situación real de la economía.

“La población necesita saber cómo está el país, no lo que opina ese de cómo está el país, ni el otro. Necesita estar informada de datos reales y es el derecho que tiene la ciudadanía y lo que se le ha negado en base a discusiones de quién va, o quién es que no va. Créame, a mí, particularmente me interesará cuando tenga que votar, pero todas las triquiñuelas para que cada uno llegue a su sitio, eso es un asunto interno de los partidos, que francamente han querido ponérnoslo en la nariz y a mi particularmente no me interesa, y estoy seguro que a una gran parte de la población”.

El obispo de Baní dijo que desde hace décadas se ha producido un incremento lineal de los precios de la canasta familiar y no se han aplicado políticas capaces de distribuir el ingreso de manera que llegue a la población necesitada.

“Aquí el proceso económico que hemos tenido, lamentablemente, ha sido para que los que tienen dinero puedan tener más y los que no tienen, sigan así. Eso es lo que ha ocurrido aquí. No ha habido un auténtico proceso de distribución de ingreso y eso es lo triste”.

Dijo que el camino para revertir esta realidad es dinamizando la agricultura, tras deplorar el descuido del campo que ha provocado una migración a las grandes ciudades.

“Estamos haciendo una economía basada en las grandes ciudades como Santiago y la capital, mas nada”, dijo.

Puso como ejemplo los dos últimos censos realizados en la diócesis de San Juan de la Maguana que reflejan que en solo 10 años alrededor de 30,000 personas emigraron. “Eso quiere decir que la gente del campo se está yendo a la ciudad, y eso es un asesinato a lo que debería ser el motor de la economía, que es la agricultura y que no podemos abandonar”, dijo.