Brasilia.- En una reunión que despertó el repudio inmediato desde Caracas, el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, propuso ayer al flamante presidente brasileño, Jair Bolsonaro , "trabajar juntos" contra los regímenes autoritarios de la región, entre los que incluyó a Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Bolsonaro asumió anteayer en una ceremonia a la que no fueron invitados los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro ; de Cuba, Miguel Díaz-Canel , y de Nicaragua, Daniel Ortega.
El enviado del presidente Donald Trump propuso al mandatario ultraderechista que colabore "activamente" en la estrategia diseñada por Washington para enfrentar al chavismo y sus regímenes aliados de la región.
Antes de ser recibido por Bolsonaro, Pompeo conversó con el nuevo canciller, Ernesto Araújo, en el Palacio Itamaraty, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores.
"Al venir a Brasil pude testimoniar una transición pacífica de poder, hay pueblos que no tienen ese derecho, como los de Venezuela, de Cuba y de Nicaragua", afirmó Pompeo tras dejar Itamaraty.
"Vamos a trabajar contra esos gobiernos autoritarios", agregó.
Las declaraciones de Pompeo fueron rechazadas inmediatamente desde Caracas.
El gobierno chavista tildó de "intervencionista" la gira latinoamericana de Pompeo, que hoy se reunirá con el presidente colombiano, Iván Duque, en Cartagena.
En un comunicado emitido por la cancillería, el gobierno de Maduro señaló que, "en otra de sus erráticas actuaciones", el jefe de la diplomacia estadounidense "ha venido a América Latina a emitir órdenes directas a los gobiernos subordinados a Washington".
El propósito es que esos países "escalen sus agresiones contra el pueblo de Venezuela en su obsesivo propósito de procurar un cambio de régimen por la fuerza", añadió la cancillería en su comunicado.
Para el gobierno de Maduro, la "intromisión" de la Casa Blanca en sus asuntos internos viene acompañada de "chantajes y presiones a países de la región", en abierto desconocimiento del derecho internacional.
En el marco de la investidura de Bolsonaro, Pompeo se entrevistó también con el canciller peruano, Néstor Popolizio, con quien acordó "incrementar la presión" sobre Maduro para restaurar la "democracia y la prosperidad" en Venezuela.
Las tensiones de Maduro con Estados Unidos y la región aumentaron ante el desconocimiento de su nuevo mandato, que comenzará el próximo 10, tras ser reelegido en mayo de 2018 en unos comicios tildados de "fraudulentos" por la oposición.
El acto de toma de posesión será desconocido por sus adversarios y también por buena parte de la comunidad internacional.
Maduro asegura que Washington busca generar incidentes armados en las fronteras con Colombia y Brasil para justificar una intervención militar.
Trump, que impuso sanciones financieras a Caracas, sostiene que todas las opciones están sobre la mesa, "las fuertes y las menos fuertes", para poner fin a la "dictadura" de Maduro y restituir la democracia en el otrora rico país petrolero.
Repudio a Macri
Simultáneamente con su rechazo a la gira de Pompeo, el presidente Maduro utilizó una entrevista difundida anteanoche para descalificar a los gobiernos de Mauricio Macri , Bolsonaro y Duque, que definió como "inviables".
"Los proyectos de derecha neoliberales en América Latina y el Caribe son inviables, y van a provocar el resurgimiento de una nueva ola de transformaciones populares", predijo Maduro en una entrevista de la televisión pública VTV.
En ese sentido, el gobernante venezolano aseguró que Duque "pasó del 80% de apoyo al 80% de repudio" y que el pueblo colombiano está "en las calles pidiendo que se vaya" de la presidencia.
"Jair Bolsonaro va a ir por el mismo camino, y Macri en la Argentina es un hombre repudiado que no puede salir a una esquina", añadió.
Asimismo, señaló que América Latina es "un territorio en disputa" entre las fuerzas políticas de derecha e izquierda, y que la región atraviesa "un proceso de regresión" que, en su "visión", desembocará en nuevos gobiernos "revolucionarios".
"Todo proceso de regresión trae en sí las fuerzas internas que lo combaten", dijo, y admitió que la izquierda latinoamericana experimenta "una situación difícil".
Tanto el gobierno de Macri como el de Duque han sido muy críticos con Maduro, al que acusan por la severa crisis económica que padece Venezuela, que se traduce en escasez, hiperinflación y un éxodo de casi cuatro millones de personas, principalmente a destinos de la región.
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