Caracas, Venezuela.- Con nocturnidad, por sorpresa y sin que se sepan a ciencia cierta los motivos, la página del Banco Central de Venezuela (BCV) reveló a última hora del martes los datos económicos ocultados y censurados durante más de tres años, incluso estadísticas sin actualizar desde 2012.
Un fenómeno solo posible en el chavismo, que confirma el colapso de la economía revolucionaria pese a que sus cifras no coinciden con lo adelantado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), la Asamblea Nacional (Parlamento) y economistas locales.
El PBI cayó 47,6% entre 2015 y 2018, según el BCV, lo que se acerca al análisis del Banco Mundial (BM), que definió el derrumbe venezolano como "la peor crisis en la historia moderna de la región". Restando los tres meses que faltan del año pasado y el pronóstico del BM para 2019 (una contracción del 25%), Venezuela pasaría a liderar el ranking histórico de peores depresiones económicas, igualando la guerra civil siria.
"Las estadísticas corroboran la más grande depresión vista alguna vez en la región, la compresión de las importaciones de casi un 80% y la hiperinflación. La catástrofe venezolana es oficial", resumió el economista Leonardo Vera.
Las cifras aportadas solo comprenden hasta el tercer trimestre de 2018, antes de la aplicación de las sanciones internacionales y el embargo petrolero de este año, usadas en la actualidad por el gobierno de Nicolás Maduro para justificar desde las muertes de los chicos sin trasplante hasta la escasez y el racionamiento de combustible en el interior del país.
De hecho, el aparato de propaganda oficialista emprendió una campaña global con las etiquetas "Trump Desbloquea Venezuela" y "Somos Fuerza Productiva", dos supuestos que quedan en total entredicho por los números económicos.
"El BCV también confirma que la mayor parte de la destrucción de la economía ocurrió mucho antes de las sanciones", sentenció Henkel García, director de Econométrica, que durante los años de ocultamiento estadístico también aportó sus mediciones.
La propia actividad petrolera, recogida por el BCV, suma más datos sobre el declive de Petróleos de Venezuela (Pdvsa): el desplome de 9,9% en 2016 se aceleró en 2017 hasta un 15,3%, y un 25,8% en los primeros nueve meses del año pasado.
A los datos del PBI y del "oro negro" se suman también los de la inflación, mucho más timoratos y alejados de la realidad: la subida de precios, según el BCV, alcanzó el año pasado el 130.060%, tras una escalada que comenzó en 2015 (180,9%), prosiguió en 2016 (274,4%) y se estiró en 2017 (862,6%).
El FMI, en cambio, la situó en 1.370.000% durante el año pasado, y el Parlamento democrático, que se ha encargado de aportar al país lo que el gobierno ocultaba, la corrobora con su propio cálculo: 1.698.488%.
"Es la más alta en la historia de América Latina, ya sea que se use la tasa reportada por el BCV o la muchísima más alta calculada por el Parlamento", resumió el economista Urbi Garay.
Las primeras cifras que el chavismo comenzó a ocultar, al principio de la era Chávez, fueron las referentes a homicidios, que desde hace años califican a Venezuela como el país más violento del planeta. Durante el gobierno de Maduro, el catálogo de censuras se amplió a las estadísticas económicas, sanitarias y sociales.
Analistas y economistas intentaban explicar los motivos que llevaron al gobierno a aportar, casi a escondidas, unos números censurados hasta ahora, más allá de las amenazas previas de sanciones realizadas por el FMI.
En el seno del chavismo se vive desde hace años una pulseada entre los que apuestan por liberalizar en parte los corsés de la economía frente a los fundamentalistas, que perdieron posiciones ante los consejeros llegados desde Rusia y China, aliados de Maduro.
"Los datos del BCV, dando información de una economía destruida antes de las sanciones, solo tienen una explicación: van a pedir plata (dinero) a entes multilaterales", profundizó el analista Ricardo Ríos, presidente de Poder&Estrategia.
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