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martes 19 marzo, 2019

Karen Uhlenbeck, primera mujer en ganar el “Nobel” de las matemáticas

Karen Uhlenbeck, nuevo premio Abel.
El galardón, con una cuantía económica de 650.000 euros, es el mayor reconocimiento del campo de las matemáticas junto a la Medalla Fields.

Redacción.- «Infravalorada» por sus colegas masculinos durante los primeros años de su carrera, la matemática estadounidense Karen Uhlenbeck realizó su tesis en la Universidad de Brandeis, alejada de los grandes centros como Harvard o Yale, donde la cultura académica ninguneaba o directamente ignoraba los logros de ellas.

Sin embargo, a esta magnífica investigadora le sobraban méritos para destacar.

Este martes, la Academia Noruega de las Ciencias y las Letras le ha concedido el Premio Abel, conocido como el «Nobel» de las matemáticas, por «sus avances pioneros en ecuaciones en derivadas parciales geométricas, teorías gauge y sistemas integrales, y por el impacto fundamental de su trabajo en análisis, geometría y física matemática».

El galardón, con una cuantía económica de 650.000 euros, es el mayor reconocimiento del campo de las matemáticas junto a la Medalla Fields. Y es la primera vez que lo gana una mujer entre los 20 premiados en su historia.

Uhlenbeck, catedrática en la Universidad de Texas Austin (EE.UU.) hasta 2014, es actualmente Senior Research Scholar en la Universidad de Princeton y en el Instituto de Estudios Avanzados (ambos en EE. UU.).

Su trabajo se engloba dentro de un campo llamado análisis geométrico, que «busca resolver cuestiones geométricas empleando, esencialmente, ecuaciones diferenciales», explica Alberto Enciso, investigador del Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT).

Para ello, se estudian objetos geométricos, como curvas o superficies, que son puntos críticos de funciones, y representan cantidades geométricas como la energía y el volumen.

Un ejemplo sería la famosa demostración de la conjetura de Poincaré(sobre la esfera cuadridimensional), usando el flujo de Ricci; pero las aplicaciones, incluso fuera de las propias matemáticas (en campos como la cosmología y física), son innumerables.

«Desde el estudio de los agujeros negros hasta la comprensión de la evolución del universo», prosigue Daniel Peralta, también del ICMAT.

Una pompa de jabón
Karen Uhlenbeck hizo su tesis en problemas variacionales, un área que trata de encontrar máximos y mínimos de funciones definidas en un espacio. De esta manera, una pompa de jabón describe una superficie minimal: es la forma de encerrar el mayor volumen posible con la menor área.

«Uhlenbeck fue la primera persona en descubrir que ciertas condiciones, que se empleaban para encontrar soluciones a problemas variacionales, podían fallar estrepitosamente en dimensión superior», indica Peralta.

Esto cambió la forma en la que la comunidad matemática entiende y afronta los problemas variacionales, e introdujo conceptos fundamentales en el estudio de estos fenómenos como el llamado bubbling.

Los métodos que describió para resolver aquellos problemas son ahora básicos dentro del campo.

«Se han aplicado con éxito para estudiar diversas ecuaciones en derivadas parciales y contextos geométricos, especialmente en teoría de cuerdas», señala el jurado Abel, presidido por el matemático noruego Hans Munthe-Kaas.

«Es muy atractiva la variedad de recursos que emplea para resolver problemas analíticos, de naturaleza física y geométrica, donde las hipótesis clásicas, que garantizan un buen comportamiento, fallan», admite Enciso.

También trabajó en la teoría gauge, que describe las teorías de campos en física, como son las ecuaciones de Maxwell del electromagnetismo. Sus contribuciones son la base para comprender matemáticamente modelos de física de partículas, teoría de cuerdas y relatividad general.

«Aislada e infravalorada»
La matemática alemana Emmy Noether fue la primera mujer en impartir una conferencia plenaria en un Congreso Internacional de Matemáticos (ICM, por sus siglas en inglés), en 1932.

Hicieron falta otros sesenta años para que Karen Uhlenbeck se convirtiese en la segunda, en 1990.

Entonces ya era catedrática de la Universidad de Chicago.

Allí había llegado cinco años antes, tras dejar la Universidad de Illinois at Urbana-Champaign, donde se había sentido «aislada e infravalorada».

Uhlenbeck realizó su tesis en Brandeis, alejada de Harvard o Yale, «consciente de que la cultura académica era predominantemente masculina y, a menudo, misógina», según relata Jim Al-Khalili, conocido divulgador científico.

«Tengo la impresión de que Uhlenbeck tuvo que sortear tremendas dificultades por su género en los comienzos de su carrera. Afortunadamente, a día de hoy es una matemática enormemente respetada por sus contribuciones. Es un premio muy merecido», afirma Enciso.

El rey de Noruega, Harald V, entregará el Premio Abel a Uhlenbecken una ceremonia de entrega de premios en Oslo el 21 de mayo de 2019.

 

Por La Redacción
Fuente: ABC.es