Redacción.- Los baños públicos son lugares son cámaras de vigilancia o seguridad por lo que se están convirtiendo en un quebradero de cabeza para dueños de bares y restaurantes de Estados Unidos.
Personas con adicción a los opiáceos los usan para drogarse, y el problema está creciendo tanto, que cada vez son más los dueños de estos establecimientos que deciden poner luces azules en sus servicios.
Ese tipo de iluminación dificulta que los drogadictos se encuentren la vena para pincharse.
Esta situación supone un riesgo para la salud pública grave, ya que los restos que dejan en los servicios pueden ser encontrados por cualquiera y requieren ser limpiados con gran cuidado.
A parte de la solución de la iluminación, cada vez son más frecuentes las cámaras en las entradas de los servicios y que se retiren los techos falsos, porque muchas veces son usados para esconder la mercancía.
Turkey Hill Minit Markets, una cadena de tiendas con sede en Lancaster (Pensilvania) ha instalado iluminación azul en los baños en 20 de sus 260 establecimientos.
Desde que tomaron esta decisión, hace seis meses, se ha reducido el número de incidentes relacionados con drogas de manera radical en sus establecimientos.
No son los únicos que lo han hecho. El año pasado, otra cadena de tiendas, Sheetz, colocó estas luces en el baño de su establecimiento de New Kensington (Pensilvania).
Aunque inteligente, la medida de seguridad puede presentar algunos problemas.
Hay quien piensa que esto no les va a detener, ya que actualmente todos tenemos linterna en el móvil, pero parece claro que sirve como medida disuasoria.
Un estudio de 2013 sobre el uso de las luces azules dio resultados contrarios a estas medidas, aunque solo recogía las opiniones de 18 personas.
Los encuestados afirmaban que si su única opción era drogarse en ese baño se pincharían aunque no vieran bien la vena, algo que pondría aún en más riesgo su salud.
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