Redacción.- El mito de Jack el destripador sobrevive década tras década en los oscuros callejones de Londres. Ahora, un grupo de científicos ha usado test de AND para identificar supuestamente al asesino en serie más famoso de la historia.
En la época en la que Jack el destripador asesinó a aquellas mujeres, hablamos de 1888 en el East End londinense, no existían los test de ADN, sin embargo, las muestras de sangre sí fueron recogidas y archivadas en el lugar de sus crímenes.
Aaron Kosminski es el asesino en serie.
Precisamente en el asesinato de Chatherine Eddowes, el destripador dejó su sangre a lado la víctima y de ahí los científicos han podido identificarle como Aaron Kosminski, un inmigrante polaco que vivía en la Londres victoriana.
La muestra de sangre del asesino llevaba años archivada como sangre de su segunda víctima pero, gracias a los estudios realizados en profundidad y a los descendientes vivos de Aaron, han podido determinar que la sangre pertenecía presuntamente al cruel y despiadado destripador.
Han sido los forenses de la John Moores University de Liverpool, publicando sus estudios en el Journal of Forensic Sciences, los que han llegado a desenmascarar al mito conocido en inglés como Jack The Ripper.
Kosminski llegó a Inglaterra siete años antes de su matanza, en 1881, con 23 años y falleció en un asilo por cangrena en una de sus piernas en 1899, sin que nadie pudiese culparle por sus crímenes.
Él era un inmigrante polaco que trabajó como peluquero y vivía con sus dos hermanos y su hermana en Greenfield Street, a unos 200 metros de donde asesinó a su tercera víctima, Elizabeth Stride.
Russell Edwards ya le señaló como Jack el destripador en un libro superventas sobre el serial killer y la ciencia le da la razón, al menos, estadísticamente.
Dado que hace tanto tiempo no se puede afirmar con profundidad pero, debido a las muestras de ADN en el lugar de los hechos, según los científicos es estadísticamente muy probable que Aaron fuese el asesino.
Quizá ahora la memoria de sus víctimas descansa en paz, cabe recordar su sangriento modo de actuar.
Sin ir más lejos, en Goulston Street, se encontró un delantal lleno de sangre de Catherine Eddowes. Esta víctima tenía una “V” invertida cortada en su mejilla.
En Londres el mito sigue muy vivo y, de hecho, existe el escalofriante tour de Jack el destripador donde los turistas conocerán de primera mano todos sus asesinatos en el lugar de los hechos, en la fría noche londinense.
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