Redacción. - La Corte Penal Internacional (CPI) ha emitido este jueves una histórica orden de detención contra el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y su exministro de Defensa, Yoav Gallant, por su presunta implicación en crímenes de guerra y lesa humanidad cometidos en la Franja de Gaza.
Esta decisión marca un punto crítico en el conflicto israelo-palestino, ya que los jueces consideran que ambos líderes son responsables de varios delitos graves, incluyendo el uso del hambre como método de guerra y ataques intencionados contra la población civil.
La orden de detención responde a los cargos presentados por la Fiscalía de la CPI, que alega que Netanyahu y Gallant, en sus respectivos roles, son responsables de crímenes de guerra relacionados con el uso de métodos inhumanos de guerra, tales como el hambre, así como crímenes de lesa humanidad, que incluyen asesinatos, persecuciones y otros actos crueles.
Los jueces de la CPI también los han señalado como “superiores civiles responsables” por haber dirigido ataques intencionados contra la población civil.
Este fallo se produce tras la resolución unánime de la Sala de Cuestiones Preliminares, que rechazó la apelación presentada por Israel, que intentó impugnar la jurisdicción del tribunal sobre la situación en Palestina y sobre los ciudadanos israelíes.
Reacción de Netanyahu y líderes israelíes
La respuesta del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no se ha hecho esperar. En un comunicado, el mandatario calificó la orden de arresto de “antisemita”, comparándola con el histórico juicio a Dreyfus, un caso emblemático de antisemitismo en el siglo XIX.
Netanyahu rechazó las acusaciones, afirmando que las afirmaciones de la CPI están basadas en “mentiras absurdas” y subrayando que no cedería a la presión internacional. “No hay nada más justo que la guerra que Israel libra en Gaza”, añadió, defendiendo las operaciones militares en el territorio.
En una línea similar, Naftali Bennett, ex primer ministro y actual líder de la oposición, tildó la orden de arresto como “una marca de vergüenza” para el tribunal internacional. Por su parte, Yair Lapid, otro líder opositor, calificó la decisión como “una recompensa para el terrorismo”, acusando a la CPI de actuar en favor de los enemigos de Israel.
Reacciones internacionales y de Hamás
La orden de la CPI también ha provocado reacciones fuera de Israel. Hamás, el grupo militante palestino, celebró la decisión de la corte, considerando que la justicia internacional se ha puesto de su lado en la lucha contra lo que denominan “la entidad sionista”.
Izzat al Rishq, miembro del buró político de Hamás, comentó que la orden expone “el verdadero rostro terrorista de Israel” y reafirmó la legitimidad de la causa palestina.
Es relevante señalar que Israel, al igual que países como Estados Unidos, Rusia y China, no reconoce la jurisdicción de la Corte Penal Internacional.
Esta postura significa que, al igual que en el caso de Vladimir Putin, Netanyahu puede desplazarse sin temor a que lo arresten en aquellos países que no han ratificado el Tratado de Roma.
Sin embargo, la situación cambia en los países que sí han ratificado el tratado, como las naciones de la Unión Europea, América Latina y gran parte de África, que están obligados a cumplir con las decisiones de la CPI si Netanyahu traspasa sus fronteras.
Un reciente precedente de este tipo ocurrió en Mongolia, donde el presidente ruso fue recibido con honores, a pesar de la orden de arresto emitida en su contra por la CPI.
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