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viernes 2 febrero, 2018

Sabina sobrevive a su leyenda en un intenso concierto en Bogotá

Sabina apareció sobre el escenario vestido de carmesí para entonar un "Cuando era más joven", que inauguró un concierto donde el leitmotiv fue el tiempo; el antes y el después.

Bogotá, Colombia.- La leyenda de la música española Joaquín Sabina demostró este jueves en un intenso concierto en Bogotá que vivir deprisa no quiere decir morir joven; el cantautor conjugó con éxito su típica rebeldía canallesca con el gusto agridulce sin arrepentimiento del nuevo disco "Lo niego todo".

Dos horas de espectáculo conmovieron a los 3.600 asistentes que se dieron cita en el Chamorro City Hall de la capital colombiana, rendidos sin condiciones ante el emblemático músico.

Más de uno lo homenajeó al lucir bombín, emulando la característica silueta del cantante.

Sabina apareció sobre el escenario vestido de carmesí para entonar un "Cuando era más joven", que inauguró un concierto donde el leitmotiv fue el tiempo; el antes y el después.

Pasado el preludio, Sabina comenzó con la canción que da nombre al nuevo álbum y dejó claro que en el concierto habría espacio para reivindicar su última obra, compuesta después de ocho años de silencio.

"Lo niego todo, incluso la verdad / La leyenda del suicida y la del bala perdida / La del Santo beodo/ Si me cuentas mi vida, lo niego todo", un Sabina con ojo puesto en el retrovisor de su historia se contradecía al mostrar, a las pocas canciones, la famosa faceta más callejera.

Aunque el público acogió con respeto las nuevas composiciones, que coparon la primera parte del espectáculo, fueron los clásicos los que hicieron bailar a los bogotanos con las melodías rock y besarse en las baladas de amor descarnado.

"Donde habita el olvido" fue la puerta a los temas incombustibles, como "Por el boulevard de los sueños rotos", "19 días y 500 noches", "Una canción para la Magdalena" y "Peces de ciudad".

La banda que acompaña al cantautor, su "casa y familia", como les definió Sabina, tomó el protagonismo en algunas composiciones.

Su inseparable guitarrista Pancho Verona cantó en solitario "La del pirata cojo", el mítico pianista Antonio García entonó "A la orilla de la chimenea", y en "Y sin embargo te quiero" la corista Mara Barros demostró ser mucho más que eso.

"No hay nada, o casi nada, que nos guste tanto como venir a Colombia. Pero como uno se está haciendo mayor, en Bogotá sufro mucho la falta de aire por la altura. Si notáis algo, son cosas de la edad", se excusó Sabina desde los 2.600 metros de altura de Bogotá.

El cantautor homenajeó la cultura colombiana al hablar del nobel de literatura Gabriel García Márquez, quien inspiró el tema "Hace tiempo que no", y citar al escritor Juan Gabriel Vásquez.

"Y nos dieron las 10" y "Princesa", canciones ineludibles del repertorio sabinero, cerraron el espectáculo con el público en pie que sin embargo echó en falta "Contigo".

El concierto de hoy se suma al que protagonizó en Medellín hace dos días, en la gira que también lo llevará a Puerto Rico, México, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, El Salvador, República Dominicana y Estados Unidos.

Sabina, a sus 68 años, sí es vulnerable al tiempo, pero consiguió "vivir para contarlo".

Se sabe un superviviente digno gracias a sus versos añejos y también al equipo que lo rodea, como el músico español Leiva, quien fue el productor del último álbum.

Lo que sigue invulnerable al tiempo, sin embargo, es y será su voz rasgada, su bombín y su media sonrisa que parece adivinar los pensamientos del público colombiano mientras las luces se encienden y salen del ensueño.

Y atraviesan kilómetros de ciudad por autopistas urbanas, asaltados por el frío de una ciudad a la que también le han robado abril y que nunca conocerá la primavera. Como diría el propio Sabina "Pongamos que hablo de Bogotá".

Por La Redacción
Fuente: EFE