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jueves 30 diciembre, 2021

Pocos son conscientes de que Kate Winslet ha cambiado las reglas de Hollywood para siempre

Kate Winslet nunca fue una actriz de medias tintas y con Mare of Easttown dejó claro que no pretende promover los mismos estereotipos que la marcaron en el pasado, sino todo lo contrario.

Redacción.- Kate Winslet conoce de sobra la fijación que la industria y la cultura que le rodea tiene sobre la perfección superficial de la belleza femenina. Y también de la crueldad que radica en ella. Lo vivió en sus propias carnes de niña, luego siendo adolescente y como estrella ganadora de un Óscar por Titanic.

Pero 2021 fue el año que plantó cara más que nunca a ese Hollywood que difumina arrugas, recorta kilos de más y cubre imperfecciones que no son más que el espejo de la vida misma.

Ese Hollywood que promueve estándares de belleza irreales derivando en estereotipos inalcanzables.

A sus 46 años, ella sola cambió las reglas para siempre.

Al igual que otras actrices como Salma Hayek o Carrie-Anne Moss, ella conoce la crueldad que convive en la superficialidad relacionada con el mundo del cine.

Desde la propia industria a la repercusión de la fama como figura expuesta a tabloides y portadas de revistas, y hasta en las expectativas de un público acostumbrado a consumir la perfección irreal que Hollywood promueve.

Lo vivió en sus propias carnes cuando de niña soñaba con ser actriz pero las revistas no aparecían ilustradas con cuerpos como el suyo.

Ella misma reconoció a la revista Vanity Fair en 2008 haber sufrido bullying en la escuela. Contó que los niños se reían de ella por querer ser actriz cuando tenía más kilos que el resto y hasta la encerraban en un armario. Soñaba con ser actriz pero “no veía estrellas famosas gordas” y por eso no creía que lo conseguiría.

Luego, a los 14 años, su propia maestra de arte dramático le dijo que le iría bien en su carrera siempre que se conformara con papeles de “chica gorda” (The Guardian). Y cuando por fin alcanzó el reconocimiento mundial con Titanic descubrió que más allá de su trabajo en la taquillera producción, el mundo aun hablaba de su aspecto físico.

“En mis 20s, la gente hablaba mucho sobre mi peso. Y me llamaban para comentar mi propio físico” dijo a The Guardian en 2021 señalando lo “impactante, críticos y crueles que los periodistas sensacionalistas eran conmigo”.

Para ella fue tan perturbador que “dañó su autoestima” haciéndola sentir muy sola, y llegó a plantearse si probar suerte en Hollywood o no por el miedo a que el escrutinio fuera peor todavía.

Su mente cambió cuando tuvo a su primera hija, Mia, a los 25 años, centrando su atención hacia su familia, trabajo y en sí misma, lejos de la exposición más superficial del negocio que le rodeaba. De esta manera nos regaló actuaciones tan naturales y auténticas como las que vimos en The reader (El lector), Revolutionary Road o la miniserie Mildred Pierce.

Así fue creando una filmografía variada, dando la estocada definitiva a esa industria que tanto impone la perfección que hizo que la señalaran en diferentes etapas de su vida en 2021.

Y lo hizo desde diferentes formas a través de una de las mejores miniseries del año, Mare of Easttown. Por un lado, cuando puso freno de inmediato al descubrir que iban a usar su figura para perpetuar la imagen de perfección irreal que tanto afectó su vida en el pasado. Primero, negándole al director Craig Zobel que recortara un plano donde se veía “un poco de barriga” suya en una escena sexual con Guy Pearce.

“¡Ni te atrevas!” le dijo cuando el director le sugirió el retoque, según contó ella misma a New York Times. Y segundo, al devolver al departamento de marketing dos carteles promocionales de la serie porque habían borrado sus arrugas. Ella misma compartió con el mundo que le insistieron que no podía hacerlo, pero que ella les dijo “chicos, sé cuántas arrugas tengo al lado de mi ojo, por favor, pónganlas de nuevo”.

Pero además de poner su propio freno para que se respetara la naturalidad que ella quería transmitir al mundo, lo que realmente hizo que Kate Winslet cambiara las reglas de Hollywood fue su propio trabajo en Mare of Easttown.

La actriz y madre de tres niños se entregó en cuerpo y alma al papel de la detective de policía más imperfecta de las series. Ella misma quería que Mare fuera auténtica y natural, que viéramos sus asperezas para comprenderla y encontrar puntos de encuentros con ella.

Subió masa muscular en los muslos usando una bicicleta estática, expuso sus arrugas, manchas solares y naturalidad al máximo, desnudando emociones a través de un personaje que dejaba sus problemas y sentimientos al descubierto sin melodrama, sino con el dolor, rabia y soledad en la mirada, su forma de hablar, caminar y comunicarse con el mundo.

Gracias a su trabajo, Mare of Easttown se coronó como una de las mejores series limitadas de 2021 y demostró a Hollywood una lección que ha hecho que la industria tome nota. Porque el público apreció esa naturalidad que no forzaba prototipos ficticios para una mujer de 46 años; conectando con Mare Sheehan más allá de la historia de superación personal y el tono de thriller de la trama.

Esa conexión entre personaje y público fue gracias a Kate Winslet y su apuesta por retratar con realismo a una mujer que vive el luto por un hijo, con sus propios traumas, pasiones y motivaciones para seguir adelante, sin edulcorar quitando arrugas, haciéndose retoques ni puliendo facciones para contentar los estándares de la industria.

Y por deseo propio, con esa motivación por la autenticidad propia y de su personaje, Kate Winslet cautivó al público y le dio un éxito a HBO, demostrando a Hollywood que el público aprecia y busca roles como este, a los que pueda creer e identificarse.

Kate Winslet nunca fue una actriz de medias tintas y con Mare of Easttown dejó claro que no pretende promover los mismos estereotipos que la marcaron en el pasado, sino todo lo contrario. Y tras ella, poco a poco, parece que Hollywood ha ido tomando nota, como es el caso de And just like that… donde tres de las protagonistas de Sexo en Nueva York saltan en el tiempo para vestir de realidad a los clásicos personajes, ahora como mujeres de 55 años, con el acertado destape radical de canas y arrugas.

Mientras Cameron Diaz y Drew Barrymore arrasaron en Instagram compartiendo una imagen juntas a cara lavada. Solo queda desear entonces que en 2022 Hollywood siga tomando nota de la maestra Kate Winslet.

 

 

Por La Redacción
Fuente: Valeria Martínez
Cine 54