Este jueves el presidente Danilo Medina, a quien le queda poco menos de un mes para concluir su periodo constitucional, llamó a los dominicanos asumir con seriedad la pandemia del coronavirus.
“Quiero pedirles que no lo tomen a relajo”, fue la exhortación del mandatario al ofrecer unas palabras al entregar remodelado el hospital Doctor Pedro Emilio de Marchena en el municipio Bonao, provincia monseñor Adolfo Alejandro Nouel y Bobadilla.
Durante el acto el jefe de Estado no solo hizo énfasis en los efectos del virus, también citó parte de las consecuencias que acarrearía cualquier persona de ser contagiada, especialmente la población joven.
“Es una situación complicada y delicada que está viviendo la República Dominicana. La gente si no está haciendo nada en las calles, deben quedarse en sus casas, porque la mayoría de las personas que se están infectando son jóvenes y la juventud tiene el privilegio de que no le da con síntomas”, adujo el mandatario.
Medina explicaba que cuando esos “jóvenes” se contagian y llegan a sus casas, pueden infectar a personas envejecientes o a las personas con otras enfermedades, al tiempo que les puede causar complicaciones de salud y, en el peor de los casos, fallecer tras infectarse de la COVID-19.
Tiene mucha razón el mandatario al externar su preocupación ya que los muertos en el país ascienden a 941 personas, mientras que los contagios superan los 48,743 casos.
Una parte de la población no debe ser eximida de responsabilidad por su tosco e irresponsable comportamiento en medio de esta crisis sanitaria.
Sin embargo, consideramos la exhortación del ejecutivo como tardía.
Argumentamos eso porque hace tres semanas culminamos con un proceso extraordinario electoral y ese ejercicio de responsabilidad era el que justamente se demandaba durante todo el proceso de campaña en el que el mandatario, ante el país, asumió una actitud pasiva en medio de la crisis sanitaria.
Medina es el presidente de todos los dominicanos hasta el próximo 16 de agosto, esa condición no varía por un periodo especial que esté viviendo la República Dominicana, y ese era el caso de las elecciones presidenciales y congresuales.
Sin ánimo de reproches al final del tramo, el mal ya está hecho.
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