Es inexplicable que el cirujano Juan Stanley haya insistido en denunciar el acoso y las amenazas de que está siendo víctima junto a la familia, sin haber encontrado eco en las autoridades.
Ni siquiera sus denuncias han adquirido un carácter público al acudir a los medios de comunicación.
Incluso, quienes hemos concedido espacios para sus denuncias estamos siendo incluidos en las amenazas de la misma persona que ha denunciado el doctor Stanley y quien se identifica como Karla Fitch Berguez.
Ella alega estar protegida hasta para matar al mandatario de la nación.
Y se burla de un juez que había dado una orden de arresto en el caso del galeno que la ha denunciado.
Y para qué esta sensación de impunidad.