Ciertamente el paso por el poder curte y moldea a cualquier mortal que tenga el privilegio de ascender a lo más alto entre sus iguales. Es más, en aprendizaje y formación, podríamos decir que es como un método de estudio intensivo.
Dicho lo anterior, justo es destacar que el presidente de la República Danilo Medina tuvo notables aciertos en su reciente rendición de cuentas ante el país y la Asamblea Nacional.
El mandatario no sólo cumplió con lo establecido en los artículos 114 y 128 de la Constitución, sino que también supo aprovechar el escenario, dio un giro a su alocución y capitalizó su figura.
Contrario a la valoración de muchos en el país, el presidente en esta ocasión, dejó ver un gran avance en el manejo del contenido. Si lo comparamos con años anteriores Medina logró una mejor fluidez y, sobre todo, consiguió el objetivo de despertar optimismo entre muchos dominicanos.
Además de anunciar las bondades de su gobierno durante el año 2017, también prometió nuevos proyectos como: extender el sistema 911 a otras 6 provincias, facilidades para envejecientes y los dominicanos en el exterior, construir parqueos en el Gran Santo Domingo, el reforzamiento de la frontera, el encendido de la planta Punta Catalina, etc…muchos de los cuales, completar su ejecución, podrían superar el tiempo de mandato que le resta al jefe de Estado.
Y es ahí donde hizo uso del marketing político, apeló al tacto, al sentido de la oportunidad.
A su mandato le restan dos años con un escenario político por definirse.
Sin embargo, dicen que “lo prometido es deuda” y en esta rendición de cuentas muchos fueron los compromisos asumidos. Al parecer, el presidente Medina aprendió de forma acelerada… y está viendo más allá.
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