El Gobierno muestra una sensibilidad que no pone en el pensamiento preventivo. Parece no darse cuenta de los peligros que encierran ciertas iniciativas de las que con frecuencia tiene que recular.
Ahora se anuncia del retiro del controvertido proyecto de trata de personas para revisarlo y reintroducirlo nuevamente.
Nadie pareció ponderar que esa pieza negaba la propia política del Gobierno y que exponía a la República Dominicana a una situación insólita para manejar su propia soberanía.
El proyecto no sólo debe ser retirado, no debe volverse a reintroducir.
Creemos que el país tiene sus leyes migratorias y lo que debe hacer es cumplirlas, tal como hacen los estados soberanos.
Necesitamos pensadores.