Desde la Cámara de Diputados hay señales de que se harán cambios en el proyecto de ley de extinción de dominio para lograr consenso y aprobar la necesaria y controversial pieza.
Incluso, su propio presidente Alfredo Pacheco, ha expresado sus consideraciones en esa dirección.
Ojalá que haya sensatez y así ocurra, que además sería sabiduría política y legislativa.
Esa ley no debe salir sin consenso y con advertidas falencias constitucionales que la exponga. Hay experiencias de sobra para que vuelva a ocurrir.
Se adelanta que modificarán la retrospectividad, un subterfugio para ir a la retroactividad.
Igual que sobre el carácter orgánico al afectar derechos fundamentales de posibles terceros de buena fe.