Es posible que estemos atribuyendo más de la cuenta al cambio climático asuntos que resultan de las irresponsabilidades con que hemos actuado para ordenar el territorio nacional.
Cada vez las personas han estado violando los espacios creados por la naturaleza.
Gente ubicada en cañadas, al borde de ríos y encementando en demasía las zonas urbanas.
Hemos permitido afectar zonas que generan erosiones de los suelos y en consecuencia sedimentan las presas.
No es que la naturaleza se haya ensañado con la República Dominicana.
Es que no hemos estado cumpliendo e irrespetando los causes por donde deben circular las aguas de los arroyos y cañadas que abastecen nuestros ríos.
Y de la basura, ni hablemos.
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