Este pasado fin de semana se viralizó en las redes sociales el hashtag #nomastoquedequeda, en el que cientos de dominicanos ofrecieron su parecer sobre el encierro estratégico-obligatorio dispuesto por la autoridades para contrarrestar la situación sanitaria explosionada por la COVID-19.
Las quejas publicadas ha sido diversas: unos reprochan el accionar policiaco-militar, mientras otros entienden que las normas de distanciamiento no son respetadas, además de denunciar permanentes desordenes en barrios y la falta de ingresos de trabajadores informales.
No obstante, el ministro de Salud Pública Plutarco Arias ha salido al frente a esas quejas y explicó que el mismo debe ser mantenido, aunque entiende que se deben valorar el equilibrio en la prevención de la pandemia y el desarrollo de la economía.
También sugiere endurecer las medidas para hacerla cumplir, lo que se evidencia la displicencia de muchos de los que desafían la disposición del Ejecutivo.
No podemos ocultar que las restricciones horarias sangraron la economía formal e informal.
Sin embargo, el país debe reconocer que el denominado toque de queda es el único mecanismo de contención, con efectividad probada hasta el momento, con el cual cuentan las autoridades para atenuar el aumento de los casos positivos de coronavirus.
Ahora los dominicanos estamos llamado a sumir con rigor ese sacrificio temporal.
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