Es posible que República Dominicana tenga más de lo que necesita para tener un sistema de salud robusto y poder brindar buena calidad en los servicios a la población.
Y para que opere razonablemente en el aspecto económico y financiero.
Pero no ocurre así, las precariedades abundan, aún en medio de la abundancia.
Y es una pena, porque nos estamos enredando y no hemos podido equivocarnos en el camino correcto.
Creemos que tenemos una infraestructura superior a la que necesitamos, desde hace muchos años, y nos empeñamos en seguir agregando, sin trabajar en la parte de la gestión.
En la Seguridad Social cuidamos más a los que se enriquecen, que a quienes va dirigida. Y no tenemos claro lo que debemos hacer.